“Hemos acordado con el presidente Barack Obama el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, pero esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto: el boqueo económico”, dijo el presidente cubano, Raúl Castro. Y luego agregó: “El embargo debe cesar, el presidente de Estados Unidos debe modificar su aplicación en el uso de sus facultades ejecutivas. Hemos propuesto al Gobierno de Estados Unidos adoptar medidas mutuas para normalizar los vínculos entre nuestros países basados en los principios del derecho internacional y la carta de Naciones Unidas”.
Sin embargo, no es tan fácil que el presidente termine con el embargo de manera unilateral. Esta medida, que se estableció en 1962, tiene un entramado legal complejo que necesita la aprobación del Congreso para hacer algún cambio. Explican analistas que si bien el presidente aprobó recientemente un paquete de medidas que benefician a millones de inmigrantes por decreto ejecutivo, una serie de medidas económicas que afectan tanto a la isla como a Estados Unidos necesitarían el voto de los congresistas, algo complejo si se tiene en cuenta que Cuba es un tema que divide mucho.
El bloqueo comercial y financiero fue impuesto en 1961 y es uno de los más largos en la historia de la humanidad. El gobierno de Washington, lejos de estudiar medidas para aliviar las medidas, mantiene en vigor leyes, disposiciones y prácticas que lo sustentan. De hecho, en los últimos años se han reforzado mecanismos políticos, administrativos y represivos para su instrumentación.
Según archivos revelados por organizaciones humanitarios en EE.UU., un informe del Departamento de Estado con fecha 6 de abril de 1960 señala: “La mayoría de los cubanos apoya a Castro (…) no existe una oposición política efectiva (…) el único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del descontento y desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas”. Luego de medidas una serie de medidas unilaterales por parte de Washington, el 3 de febrero de 1962, mediante la Orden Ejecutiva Presidencial 3347 se implementó formalmente el “embargo” total del comercio entre EE.UU. y Cuba. En julio de 1963 entra en vigor el Reglamento para el control de los activos cubanos prohibiendo toda transacción con Cuba.
Desde entonces el Congreso ha establecido un complejo entramado con legislaciones y regulaciones que hoy están vigentes y que Obama no podría levantar si autorización de Senado y Cámara. Hasta ahora se han aprobado nueve leyes que sostienen el embargo: Ley del Comercio con el Enemigo, Ley de Asistencia Exterior, Ley de Administración de las Exportaciones, Ley para la Democracia Cubana, Ley para la Solidaridad Democrática y la Libertad cubana y Regulaciones de Administración de las Exportaciones, entre otras, todos endureciendo el embargo a la isla.
“Esto demuestra lo complejo del sistema y cómo ningún embargo ha sido tan fuere como este”, según Alfonso Medina, analista. “Hoy se aplican duras sanciones contra empresas norteamericanas y europeas que realicen transacciones con Cuba”, agrega.
¿Qué puede hacer Obama? Como él mismo lo dijo, “comenzar una revisión del tema con el Congreso”, aunque él no puede levantar el embargo por una orden ejecutiva, sí pueden suprimir buena parte de las saciones económicas, cosas que ya ha hecho. Según dijo Obama, “la política de aislamiento de La Habana ha estado basada en las mejores intenciones pero ha tenido escasos efectos, no podemos seguir haciendo lo mismo que durante cinco décadas y esperar resultados diferentes”.
Legisladores republicanos y demócratas mostraron su oposición al acercamiento diplomático, acusando al presidente de conceder "todo" al régimen castrista y advirtiendo que el Congreso frenará cualquier esfuerzo para levantar el embargo económico. El senador republicano Marco Rubio calificó el acuerdo entre Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, de "inexplicable", y dijo que sólo retrasará aún más la transición de Cuba del comunismo a un sistema democrático. "La Casa Blanca ha concedido todo y ha ganado poco", señaló el cubano-estadounidense Rubio, visiblemente molesto. Rubio espera convertirse en el nuevo presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores para el Hemisferio Occidental del Senado, y anunció que espera "un par de años muy interesantes", en los que habrá que abrir una embajada estadounidense en La Habana y designar un embajador. "Tengo planeado usar todas las herramientas a nuestra disposición como mayoría, para revertir la mayor cantidad posible de estos cambios", dijo.
Y advirtió: "Este Congreso no levantará el embargo". El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, también fustigó a Obama por ofrecer a Cuba la última de "una larga secuencia de concesiones sin sentido, a una dictadura que trata brutalmente a su gente y conspira con nuestros enemigos". "Si hay algo que logra, es incentivar a los Estados que patrocinan el terrorismo", consideró. Las críticas a Obama también vinieron desde filas demócratas.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Robert Menendez, dijo que las acciones de Obama "han justificado el comportamiento brutal del gobierno cubano". Menéndez rechazó principalmente el intercambio de presos que acabó con la liberación de un cubano que realizó espionaje para Washington a cambio de tres espías cubanos condenados, así como la libertad del estadounidense Alan Gross, preso durante cinco años en la isla. "Este intercambio asimétrico generará más beligerancia hacia el movimiento opositor cubano, y el aumento de la presión del gobierno dictatorial sobre su pueblo", señaló.
Tres legisladores estadounidenses, entre ellos el veterano demócrata Patrick Leahy, viajaron a Cuba para traer a Gross de vuelta a casa. Leahy advirtió contra quienes se "aferran a una política fracasada" de aislamiento. "Eso no serviría ni a los intereses de Estados Unidos y su gente, ni al pueblo cubano". "Es tiempo de que haya un cambio", agregó.