Francia: ¿en estado de emergencia?

Tras las revueltas del sábado en París, las más violentas en una década, el presidente francés, Emmanuel Macron, sostuvo una reunión con su gabinete para estudiar todas las soluciones a la crisis. ¿Qué propone el gobierno?

Camilo Gómez Forero
03 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
Un manifestante se toma una selfie con las protestas y el Arco del Triunfo de fondo. / EFE
Un manifestante se toma una selfie con las protestas y el Arco del Triunfo de fondo. / EFE

Los parisinos se levantaron el domingo desde temprano para limpiar el desastre que dejó en las calles la nueva jornada de movilización de los llamados “chalecos amarillos”, el movimiento que se manifiesta en contra del alza de precios de los carburantes. Se estima que por lo menos 136.000 franceses salieron a las marchas que terminaron con duros enfrentamientos con la policía. El secretario de Estado, Laurent Nuñez, aseguró que no todos eran “chalecos amarillos”. “Los utilizan para camuflarse. Son agitadores que vinieron para confrontarse con las fuerzas de seguridad”, puntualizó.

Mientras que muchos agentes de mantenimiento se esforzaban por remover los daños que dejaron las protestas, las tiendas de la ciudad, aún cubiertas con tablones para evitar saqueos, permanecieron cerradas durante el día. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó al centro de la capital tras su regreso de la Cumbre del G20 para evaluar los daños. “Siempre respetaré el desacuerdo, siempre escucharé a la oposición, pero jamás aceptaré la violencia”, afirmó el mandatario.

Monumentos y atractivos turísticos fueron los principales afectados por los disturbios. Aunque la capital fue el foco de las concentraciones, las marchas también se llevaron a cabo en otras ciudades del país, con los mismos resultados. Al final de la jornada el saldo fue de 682 detenciones en toda Francia (412 en París) y 263 heridos, entre ellos cinco graves y 81 miembros de las fuerzas del orden. Además, los desmanes causaron una muerte más, la tercera desde que estalló la crisis. Le recomendamos: París lamenta una violenta jornada de protestas

En una reunión extraordinaria con su gabinete, Macron evaluó los posibles planes para evitar que se presenten de nuevo estas escenas. Aunque al final de la reunión no se dio por sentado establecer un estado de emergencia, la idea sí ha rondado por el Palacio del Elíseo desde hace días y no se ha descartado, según la prensa local. El mandatario estuvo acompañado por el primer ministro del país, Édouard Phillipe, y el ministro del Interior, Christophe Castaner, quien reveló que las fuerzas antidisturbios se vieron evidentemente superadas por los manifestantes. Castaner explicó que aunque las autoridades implementaron medidas de seguridad y se previó una estrategia para evitar desmanes, la policía se enfrentó a “grupos extremadamente violentos, organizados y determinados”. Lea también: ¿Quiénes son los “chalecos amarillos” y por qué protestan en Francia?

La última vez que Francia vivió bajo un estado de emergencia fue en octubre de 2017, luego de dos años de continuas extensiones de la medida. La amenaza terrorista que azotó al país desde enero de 2015 con los ataques al diario Charlie Hebdo, y que se extendió con los atentados en Niza, Saint Etienne, París y Marsella, obligó al gobierno a adoptar esta medida especial a la que Macron le puso fin en octubre de 2017 tras aprobarse una nueva ley de fortalecimiento a la seguridad interior y la lucha contra el terrorismo. Pero ahora el mandatario estudia la posibilidad de adoptarla de nuevo para enfrentar el problema de seguridad social que lo persigue en las últimas semanas. Según el ministro del Interior, el gobierno cometió un error en la forma en la que comunicó sus planes sobre el combustible, que fueron el detonante para las protestas. La idea del presidente es subir los impuestos de los carburantes como parte de su proyecto ecológico para promover otros tipos de energía y fortalecer, además, otros sectores de la economía del país. Pero la noticia fue muy mal recibida por las clases más bajas y el gremio de camioneros, quienes condujeron las manifestaciones.

Macron enfrenta tras las protestas un problema aún mayor. La oposición al presidente ha aprovechado la revuelta social para pedir elecciones anticipadas y ganar adeptos a sus partidos entre el descontento. La excandidata a la presidencia y líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, y el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, pidieron disolver la actual Asamblea Nacional y celebrar de manera anticipada las elecciones legislativas que deberían realizarse en 2022. “No veo en el nivel de la gravedad de esta crisis política cómo salir, excepto regresando a las urnas”, aseguró Mélenchon. Le Pen, entretanto, describió a Macron como un “niño obstinado que se niega a escuchar lo que la gente le dice y se niega a salir de esta situación”. La polémica ultraderechista, que se ha puesto del lado de los “chalecos amarillos” durante toda la protesta, piensa en pedir un aplazamiento total a los impuestos sobre la gasolina desde el Legislativo. Pero el presidente de los Republicanos, Laurent Wauquiez, le ha ofrecido a Macron, entretanto, otra alternativa: celebrar un referéndum sobre los impuestos que propuso para salir de la crisis. Gérard Larcher, presidente del Senado, aseguró que esta idea no está descartada.

Por ahora el mandatario ha pedido a su primer ministro que se reúna tanto con la oposición como con los “chalecos amarillos”, que han demandado condiciones para el diálogo como un debate nacional y la organización de referendos. Pero Macron ha reiterado que no cederá en su posición. La reunión podría no conducir a una solución. En un diálogo anterior solo se presentaron dos miembros del colectivo y uno de ellos aseguró recibir amenazas para no presentarse a la nueva reunión.

Los manifestantes, por ahora, han convocado una nueva cita para protestar. Los “chalecos” piden concentrarse en la sede de la Presidencia el próximo 8 de diciembre, aunque los hechos de este fin de semana amenazan con que se retire el apoyo de la ciudadanía a este colectivo. Mañana Castaner se reunirá en el Senado con Laurent Nuñez, la ministra de Justicia, para revisar los dispositivos de seguridad con los que cuenta el gobierno y que algunos ciudadanos consideran insuficiente. ¿Se avecina un nuevo estado de emergencia en el país?

Por Camilo Gómez Forero

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