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Con movimientos rígidos y tono fuerte, Roberto Micheletti, presidente de facto de Honduras, elogió el papel que desempeñaron las Fuerzas Armadas de su país en el golpe de Estado con que accedió al poder el pasado 28 de junio.
“Esa acción noble no ha permitido que el imperio de nuestra Constitución y el respeto de nuestro sistema de justicia haya sido mancillado por voluntades malintencionadas y extrañas”, dijo en un acto en la Casa Presidencial en Tegucigalpa, la capital, con motivo del Día del Soldado.
Mientras tanto, Carlos Reina, colaborador del depuesto mandatario Manuel Zelaya, reiteró que toda solución a la crisis política hondureña debe incluir su regreso al poder. “Si el régimen acepta esa agenda, nosotros la aceptamos ya y podemos iniciar inmediatamente el lunes o martes el diálogo”, le dijo a una emisora local.
Esta situación llevó a Óscar Arias, presidente de Costa Rica y mediador en esta crisis, a afirmar que si las diferencias no se solucionan antes de las elecciones de noviembre próximo, el país quedaría aislado internacionalmente.
Por El Espectador
