El miércoles fue un día intenso en Medio Oriente.
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- El Ejército israelí lanzó disparos de advertencia contra un grupo de diplomáticos en Yenín, norte de Cisjordania ocupada, lo que provocó que países como Francia e Italia convocaran a los embajadores de Israel en sus respectivos países para explicar qué ocurrió.
- El Gobierno israelí justificó la acción alegando que el grupo se había “desviado del itinerario aprobado”, pero esto solo terminó por aumentar la tensión diplomática que se vive con el Estado hebreo.
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- Paralelo a esto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo entre tanto que estaba dispuesto a lograr un “alto el fuego temporal” si había opción para ello en Gaza.
- Sin embargo, el anuncio pasó inadvertido al soltar otra explosiva declaración: Israel permitió que se transfirieran fondos desde Catar a Hamás en Gaza para mantener a los islamistas y a la Autoridad Nacional Palestina (que administra Cisjordania) divididas, algo que había negado en 2023.
- Esto revive serios cuestionamientos sobre el papel de su Gobierno durante los ataques del 7 de octubre.
- Sin embargo, el anuncio pasó inadvertido al soltar otra explosiva declaración: Israel permitió que se transfirieran fondos desde Catar a Hamás en Gaza para mantener a los islamistas y a la Autoridad Nacional Palestina (que administra Cisjordania) divididas, algo que había negado en 2023.
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- Como si fuera poco, el medio Axios reveló que Israel está preparando un ataque relámpago contra instalaciones nucleares iraníes en caso de que fracasen las negociaciones entre Teherán y Washington.
- Según fuentes con conocimiento directo de los planes, Netanyahu ya sostuvo reuniones de alto nivel con sus ministros y jefes de seguridad y estaría esperando el momento justo, incluso sin el aval explícito de Donald Trump, con quien ha cultivado una relación estrecha.
- Todo esto mientras la región contiene la respiración ante la posibilidad de una escalada que podría durar al menos una semana y desencadenar un conflicto de enormes proporciones.
- Según fuentes con conocimiento directo de los planes, Netanyahu ya sostuvo reuniones de alto nivel con sus ministros y jefes de seguridad y estaría esperando el momento justo, incluso sin el aval explícito de Donald Trump, con quien ha cultivado una relación estrecha.
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Sin embargo, en medio del aluvión de noticias, el foco se mantuvo sobre la preocupante situación humanitaria en el enclave. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que ningún camión de la agencia con ayuda humanitaria ha podido entrar en Gaza durante la jornada, al cierre de esta edición.
Las críticas de organizaciones como Médicos Sin Frontera son firmes: lo que ha permitido entrar Israel es “ridículamente insuficiente”. Para ponerlo en perspectiva, Muhammad Shehada, activista palestino, ha denunciado que la ayuda representa apenas 32 gramos de comida por persona, una cantidad aproximada al 1 % de lo que un humano necesita para sobrevivir.
Sobre el bloqueo de la entrada de ayuda destacó la reaparición del Tsav 9, un grupo radical israelí fundado en enero de 2024, formado principalmente por colonos israelíes, reservistas del Ejército y familiares de personas secuestradas durante el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que, pese a ser sancionado por Estados Unidos, volvió a presentarse para impedir la entrada de ayuda humanitaria al enclave.
Tsav 9, el grupo radical israelí que bloquea ayuda en Gaza
Este miércoles, una decena de miembros de este grupo de extrema derecha apareció cerca del paso fronterizo de Kerem Shalom manifestándose contra la ayuda humanitaria, según el medio Noticias de Israel. Para ellos, alimentar a Gaza mientras sus compatriotas siguen cautivos es “inaceptable” y una amenaza a la seguridad nacional y moral del país.
“Está mal que la comunidad internacional nos quiera imponer que, mientras nuestros rehenes siguen retenidos, debamos alimentar a nuestro enemigo”, dijo Michael Raskas, uno de los manifestantes.
En mayo del año pasado, sus miembros bloquearon carreteras clave, destruyeron cargamentos y, en un caso especialmente grave, incendiaron dos camiones cerca de Hebrón.
Aunque el grupo alegó que se trataban de protestas pacíficas y sin daños, las autoridades estadounidenses congelaron sus activos y vetaron sus vínculos financieros con entidades del país. Ese episodio marcó un punto de inflexión en su visibilidad internacional, y desde entonces se ha convertido en uno de los rostros más radicales del rechazo interno a la ayuda humanitaria en Israel, por lo que terminaron sasncionados por el Departamento de Estado.
El nombre Tsav 8 alude al código militar para movilización de reservistas, simbolizando su activismo y resistencia. El grupo ganó notoriedad pública tras el saqueo y bloqueo de siete camiones con ayuda humanitaria en el puesto de control de Tarqumiya, en Cisjordania, hace exactamente un año, hecho que provocó una investigación policial.
La acción, que involucró a decenas de militantes —muchos jóvenes— fue ampliamente condenada por la oposición israelí, mientras figuras de la extrema derecha, como Avigdor Liberman, exministro de Defensa, apoyaron las protestas.
¿Quiénes integran el Tsav 9?
El Tsav 9, que reúne a unas 400 personas, es un movimiento diverso integrado por jóvenes y adultos, religiosos y laicos, con un lema común: “Que no entre ninguna ayuda hasta que vuelvan los rehenes”.
Sus movilizaciones contrastan con la postura de grupos como Standing Together, que promueven la reconciliación entre israelíes y palestinos y abogan por el fin del conflicto, señalando que la mayoría de los israelíes simplemente desean que “la guerra termine”.
La tensión entre ambas posturas al interior de Israel se da en un contexto humanitario crítico: unas 470.000 personas en Gaza enfrentan una hambruna catastrófica.
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