Estados Unidos fue uno de los primeros países en reconocer a Israel como un Estado, en 1948. Es una relación de más de 75 años basada en el compromiso de ambos con la “democracia, la prosperidad económica y la seguridad regional”, de acuerdo con el Departamento de Estado de Estados Unidos. En la escalada de Hamás, el país norteamericano ha respaldado al gobierno israelí y su participación en el enfrentamiento podría determinar el destino del conflicto en terreno israelí y palestino.
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Una amistad a 10.853 kilómetros de distancia
Estados Unidos entrega a Israel US$3.3 mil millones de dólares anuales en financiamiento militar extranjero y US$500 millones en financiación para la defensa aérea israelí. Los dos países participan en ejercicios militares conjuntos, de investigación y desarrollo de armas, así como en diálogos estratégicos sobre las amenazas regionales que enfrenta el Medio Oriente. Estados Unidos está más que comprometido con la seguridad en Israel.
Pero la alianza tan estrecha que hoy evidencia el mundo no inició en 1948, sino en 1967, explica Nofret Hernández, especialista en mundo árabe e investigadora de la División de Historia del CIDE en México. Es en ese conflicto, llamado como la Guerra de los Seis Días, cuando Estados Unidos vio verdaderamente el poder que contenía Israel en la región. Entre el 5 y 10 de junio, el ejército israelí se enfrentó a Egipto, Siria y Jordania, y salió victorioso.
“No fue un evento cualquiera. Esa guerra transformó Medio Oriente porque tuvo un impacto significativo en la política en el mundo árabe, en Israel, en la implicación de Estados Unidos en esa región del mundo”, comenta a la BBC Kenneth Stein, profesor de Historia del Medio Oriente y Ciencia Política en la Universidad Emory en Estados Unidos.
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La relación, además de estar fuertemente permeada por el control que podía tener la fuerza israelí sobre la región, estaba marcada por las narrativas que compartían los dos países. Es en ese momento “donde se dan cuenta que sus narrativas son compatibles: de pueblo elegido, de héroes, de salvadores y representantes de la democracia”, indica Hernández.
María Teresa Aya, analista internacional y experta en Medio Oriente, añade que hay una razón principal por la cual Estados Unidos tenía interés por Israel en la región: era un contrapeso a los árabes, pero sobre todo a Irán, así como “a los intereses de Arabia Saudita y los petroleros que pretenden dominar esa zona”.
“Israel siempre ha servido como contrapeso, sobre todo después de la revolución de 1979 en Irán. Contrapeso a los intereses iraníes en la zona, a esa expansión islámica que pretende Irán. Aquí es el viejo dicho de toda la vida: ‘el enemigo de mi enemigo es mi amigo’. Irán, desde el momento de la revolución, es el enemigo cantado de Estados Unidos”, aclaró Aya.
Pero estos intereses, además de estar conducidos por el mismo gobierno, tienen una figura adicional que es muy relevante. La experta, así como Hernández, habla de la importancia del lobby israelí en Estados Unidos. Organizaciones como el Comité Americano de Asuntos Públicos de Israel buscan mantener el apoyo y la financiación estadounidense hacia el gobierno israelí, con objetivos claros sobre combatir el terrorismo, contrarrestar las agresiones de Irán, oponerse a la discriminación anti-Israel y sostener las alianzas en temas de seguridad entre los dos países.
Las implicaciones de Estados Unidos en la guerra
Con la escalada en el conflicto entre el grupo terrorista Hamás e Israel, Estados Unidos anunció que enviaría ayuda militar adicional, con buques y aviones de guerra como apoyo, para así reforzar la seguridad en el territorio israelí. El mismo día del “diluvio de Al Aqsa”, el presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró que estaban “junto al pueblo de Israel ante estos ataques terroristas” y que nunca dejaría de respaldarlo.
“Envía un mensaje muy fuerte de apoyo a Israel, pero también envía un fuerte mensaje de disuasión para contener la ampliación de este conflicto en particular”, afirmó el general Charles Q. Brown, el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, sobre la ayuda estadounidense.
Un apoyo más directo de Estados Unidos en el conflicto traería varías consecuencias, entre ellas, una posible participación de Irán, que busca la destrucción de Israel y ha participado en la financiación militar y logística de grupos armados que se oponen al país. Aunque Teherán ha negado su participación en la escalada de Hamás, Estados Unidos le ha advertido que no debería involucrarse para evitar un conflicto aún más mortal.
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En esa misma línea, otros grupos armados se involucrarían en el conflicto. Según información militar de Israel, el líder de los Hutíes, una organización paramilitar asociada a Irán que opera en Yemen, amenazó con sumarse a Hamás con misiles y drones.
A pesar de la preocupación del gobierno estadounidense con el conflicto, Aya afirma que es muy poco probable que la administración de Joe Biden se meta de cabeza en el enfrentamiento actual. A diferencia de su antecesor, Donald Trump, que mostró su férreo apoyo a Israel moviendo la embajada americana a Jerusalén, el actual presidente mantendrá una estrategia de disuasión, más que de ataque directo.
“Biden desde que llegó al Senado, en los años 70, es, entre comillas, una persona que no compromete tropas americanas, vidas americanas, por fuera de suelo americano. No va a haber tropas mientras Biden esté en la presidencia. Va a ser un apoyo de qué necesitan, si armas, mejor manejo de la tecnología, entrenamientos. Todo eso lo va a hacer Biden, porque para ellos Israel es supremamente importante”, agregó Aya.
Estados Unidos, un actor clave en las negociaciones árabes e israelíes, parece estar más enfocado en el apoyo militar que en la búsqueda de una salida negociada. Hernández asegura que esto puede ser el resultado del “fracaso rotundo” de los Acuerdos de Oslo, que, de acuerdo con ella, permitieron que se consolidara la asimetría de poder entre palestinos e israelíes.
Con la escalada de Hamás, Estados Unidos mirará desde el otro lado del mundo cómo podría ayudar, sin tener que involucrarse aún más de lo que ya está. Aunque es una relación que se ha deteriorado con los comentarios de Benjamín Netanyahu contra Biden, todavía sus alianzas siguen fuertes. Así no mande tropas, el papel de Estados Unidos seguirá siendo clave en el combate israelí.
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