Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Durante las manifestaciones que llevaron a la renuncia del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se vieron varias pancartas con la leyenda “Guatemala ama a Iván Velásquez y a Thelma Aldana”. Aldana es la fiscal general de ese país centroamericano; Velásquez, por su parte, es un abogado colombiano que lleva años combatiendo a corruptos y a paramilitares y a los engendros que surgen cuando estos dos se mezclan.
Graduado, a inicios de los 80, como abogado de la Universidad de Antioquia, Velásquez inició su carrera como escribiente del Juzgado 19 de Medellín. En 1983 empezó a litigar y en 1990 asumió como director del Colegio de Abogados de Antioquia. Luego, en 1991, se posesionó como procurador regional para Antioquia, eran los años del narcoparamilitarismo. Estuvo en el cargo hasta 1994, cuando se vino a Bogotá a trabajar como magistrado auxiliar en el Consejo de Estado; sin embargo, en 1997, regresó a Medellín pero como Director Regional de Fiscalías y con un objetivo claro: impulsar las investigaciones contra los paramilitares, en momentos en los que Antioquia, gobernada entonces por el hoy senador Álvaro Uribe Vélez, era escenario de cruentas masacres perpetradas por los 'paras'.
Durante su gestión, se realizó el allanamiento al parqueadero Padilla, en Medellín; en ese operativo se incautaron documentos que, de haber sido tenidos en cuenta, hubieran servido para golpear las finanzas de los paramilitares y, sobre todo, a Funpazcor, la entidad creada por Sor Teresa Gómez para desojar campesinos en Córdoba.
En 2000 regresó a Bogotá como magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia y, en 2006, se convirtió en el investigador estrella del proceso por la parapolítica, lo que le dio reconocimiento, pero a su vez, enemigos. Durante esos años tuvo un duro enfrentamiento con el entonces presidente Álvaro Uribe, quien lo acusó de estar orquestando un montaje en su contra; al final se comprobó que el montaje era, en realidad, contra Velásquez, a quien intentaron vincular con un inexistente montaje contra Uribe.
Estuvo en la Corte hasta 2012. El 13 de septiembre de 2013, Velásquez arribó a Guatemala como integrante de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), que, tras una larga investigación, salpicó al hoy expresidente de ese país, Otto Pérez Molina, con una red de corrupción. Las acusaciones llevaron a su vicepresidenta, Roxana Baldetti, a la cárcel y a Pérez, a su renuncia.