Desde 2013, las revelaciones sobre los programas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) mostraron al mundo cómo millones de ciudadanos eran espiados, entre ellos los funcionarios de gobiernos aliados de Washington como Brasil, Francia y Alemania. Ahora, una nueva revelación de Wikileaks incluye a Japón en esa lista.
La organización fundada por Julian Assange acaba de publicar documentos bajo el nombre Objetivo Tokio, según los cuales Estados Unidos espió a altos responsables del Gobierno y a empresas japonesas, y habría compartido esta información con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido. Los programas se remontan a la primera administración del primer ministro Shinzo Abe, que comenzó en 2006 y culminó rápidamente en 2007. Abe regresó al poder seis años después.
La NSA habría espiado la oficina del primer ministro así como la de su jefe de gabinete, Yoshihide Suga, cuyo número de teléfono figura en los documentos de Wikileaks. También habrían sido interceptadas las líneas de los ministros de Finanzas, Economía, Industria y Comercio.
Además, según Wikileaks, entre los documentos se pueden hallar “números de teléfonos asociados al gobernador del Banco Central, Haruhiko Kuroda”. La revelación consiste en una lista de 35 objetivos de la NSA en Japón, entre los cuales también aparecen la división de gas natural de Mitsubishi y la división de petróleos de Mitsui.
Según Wikileaks, “los documentos muestran la profundidad de la vigilancia al gobierno japonés y el hecho de que se recopilaron y analizaron las informaciones de numerosos ministerios y servicios gubernamentales”. Demuestran, además, “un conocimiento detallado de deliberaciones internas de Japón sobre temas como las importaciones de productos agrícolas y las discrepancias comerciales (o) las posiciones japonesas en la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio”.
“La correspondencia de Tokio con organizaciones internacionales, como la Agencia Internacional de la Energía, memorandos sobre la estrategia del país en sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos y la Unión Europea, así como el contenido de una reunión informativa confidencial del primer ministro” también habrían sido espiados por la NSA.
Como sucedió con los aliados europeos, se espera que en Japón tenga lugar un debate interno al respecto y que el Estado reaccione con un fuerte rechazo a las intromisiones estadounidenses. Las revelaciones, además, llegan en un momento en que Shinzo Abe busca que el Parlamento apruebe pronto las polémicas leyes que permitirían desplegar las Fuerzas de Autodefensa —nombre oficial del ejército— para ayudar a un aliado, en primer lugar a Estados Unidos.
“En estos documentos vemos que el gobierno japonés está preocupado por lo que debería y no debería decir a Estados Unidos para evitar comprometer (...) sus relaciones diplomáticas”, comentó el fundador de Wikileaks, Julian Assange. “Sin embargo, ahora sabemos que Estados Unidos escuchaba todo y leía todo”, añadió.