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Justin Trudeau: el nuevo escándalo que involucra al primer ministro de Canadá

El mandatario canadiense llegó al poder en 2015 con la promesa de una nueva forma de hacer política. Pero ahora se enfrenta a su tercer escándalo, acusado de haber beneficiado sus familiares a través de un contrato con una fundación. Esta es la historia.

29 de julio de 2020 - 01:00 p. m.
De acuerdo con lo que supo de la fundación, el primer ministro habría incurrido en un serio conflicto de intereses. / AFP
De acuerdo con lo que supo de la fundación, el primer ministro habría incurrido en un serio conflicto de intereses. / AFP

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, vive uno de los momentos más difíciles de su mandato y de nuevo está en juego su reputación.

El mandatario canadiense está en serios aprietos por el otorgamiento a dedo de un contrato millonario a una fundación, WE Charity, con la que él y su familia tienen vínculos desde hace años.

La semana pasada se supo que la ONG admitió haber pagado el equivalente a 282.000 dólares a la madre, el hermano y la esposa de Trudeau por exposiciones y charlas.

"No sabía en detalle cuánto le pagaban varias organizaciones, pero debería haberlo sabido y lo lamento profundamente", dijo Trudeau el lunes, quien a través de la televisión pidió disculpas al país.

"Cometí un error al no autoexcluirme inmediatamente de las discusiones, dada nuestra historia familiar. Y estoy sinceramente arrepentido", dijo en conferencia de prensa.

De acuerdo con lo que supo de la fundación, el primer ministro habría incurrido en un serio conflicto de intereses.

De acuerdo con la prensa canadiense, Margaret Trudeau, la madre del primer ministro, cobró 250.000 dólares por discursos pronunciados durante 28 eventos organizados por WE Charity entre 2016 y 2020. El hermano del dirigente, Alexandre, por su parte, recibió por su parte unos 32.000 dólares por participar en ocho eventos.

Pero además de los dineros que entraron a la familia del primer ministro, el escándalo cobró más fuerza con la confesión del ministro de Finanzas, Bill Morneau, quien aceptó haber recibido 41.000 dólares en pagos por parte de la fundación.

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Aunque el funcionario dijo la semana pasada que había devuelto el dinero, la oposición conservadora considera que este gesto no es suficiente y han pedido su renuncia.

“Es el momento de que el ministro de Finanzas haga lo único que puede hacer, dimitir como ministro. Lo que ayer fue revelado en el comité es asombroso. La gravedad de lo que ayer admitió el ministro no puede ser menospreciada”, dijo el diputado conservador Michael Cooper.

Las normas de conflicto de interés en Canadá impiden que los miembros del Gobierno y otros funcionarios, o sus familiares, reciban regalos que pueden ser interpretados como una forma de influencia sobre esa persona.

Por ello, el comisario encargado, Mario Dion, decidió el pasado viernes abrir una investigación tras la concesión de ese contrato, para gestionar un programa de becas para estudiantes locales de 662 millones de dólares. El contrato le fue retirado posteriormente a la asociación.

Presión contra Trudeau

Este nuevo escándalo no llega en un momento cómodo para Trudeau, que en el momento lidera un gobierno en el que no cuenta con las mayorías en el Parlamento.

Por un pedido de la oposición conservadora, el primer ministro prestará el jueves testimonio ante los diputados para explicar la atribución del contrato a esta organización de beneficencia. Una declaración que puede explotar definitivamente su gobierno.

El problema para Trudeau es que es la tercera investigación que el comisionado de Ética realiza sobre las actuaciones del primer ministro. Ningún otro gobernante canadiense ha tenido tantas investigaciones.

Y lo que es peor, las dos investigaciones iniciales concluyeron con el dictamen de que Trudeau violó las normas cuando el primer ministro aceptó un viaje pagado por el Aga Khan a la isla privada que el líder de los musulmanes ismaelitas tiene en el Caribe y por ejercer presiones para favorecer a SNC-Lavalin, una de las constructoras más importantes del país.

Trudeau tendrá que convencer a la oposición que todo el embrollo ha sido un error y evitar una posible moción de censura que podría derribar su Gobierno, ya que el Partido Liberal está en minoría en el Parlamento y sólo controla 156 de los 338 escaños de la Cámara Baja.

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