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La cuota colombiana en Afganistán

John Felipe Romero falleció por la explosión de una bomba antivehículo al paso de su convoy en el norte afgano. Otro colombiano está herido.

Redacción Internacional

01 de febrero de 2010 - 04:21 p. m.
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Escoltando a una misión del Programa Mundial de Alimentos, en una carretera de la localidad de San Ates, al norte de Afganistán, murió el lunes John Felipe Romero Meneses, de 21 años. Su muerte, producida por una mina antivehículos, se convirtió en la primera de un soldado colombiano prestando servicio en este país, como miembro de las fuerzas militares españolas.

La muerte de Romero fue confirmada en un comunicado por el Ministerio de Defensa español. Otro colombiano  también fue herido en el ataque: Daniel Ospina Quintana, de 23 años, quien fue trasladado en  helicóptero hasta el hospital de la base de apoyo avanzado de Herat.

Apenas se supo la noticia, el alcalde de la población de  Mollet del Vallès (al noreste de Barcelona), Josep Monràs, convocó a una rueda de prensa. El padre de Romero llegó a esta pequeña población en 2004 y dos años después lo haría él con su madre y dos hermanos. “Es una familia humilde y trabajadora totalmente integrada y asentada en la ciudad que ha recibido la terrible noticia de la muerte de su hijo”, dijo Monràs.  

 En la actualidad, según cifras oficiales, 2.633 colombianos pertenecen a las fuerzas armadas de  ese país. La mayoría se ha incorporado como parte de un programa especial que ofrece privilegios salariales y migratorios a ciudadanos de países latinoamericanos y de Guinea Bissau. Gracias a éste cientos de colombianos y ecuatorianos han ingresado a las filas españolas por un salario mínimo de 13 mil euros anuales.

Romero, sin embargo, no es el primer colombiano que ha muerto en operaciones internacionales de las fuerzas españolas. Según registros en manos de la agencia de noticias EFE, otros cuatro nacionales han muerto en el extranjero bajo órdenes españolas. El 24 de junio de 2007, seis miembros de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano (Finul) perecieron en un ataque a su vehículo cerca a Jiam, en el sur libanés. Tres de ellos eran colombianos: Jéfferson Vargas Moya, de 21 años; Jackson Castaño Abadía, de 20 años; y Juan Érickson Posada, de 20 años. Meses después, el 15 de junio de 2008, el cabo Felipe Jasón Ospina Vélez murió en un accidente de tránsito en Líbano.

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Este mes también murió en España otra colombiana perteneciente al ejército español: Lik Carmona Silvestre, de 27 años, quien falleció en un accidente de tránsito en Valladolid.

Desde hace meses, el Ministerio de Defensa colombiano adelanta negociaciones para enviar un contingente de hombres a participar de las operaciones de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), en Afganistán. Aunque inicialmente a comienzos de 2009 España anunció que los colombianos formarían parte del grupo de 1.100 militares españoles  que actualmente pertenecen a la ISAF, las negociaciones entre Colombia y la OTAN se han prolongado por más de un año, sin que aún se haya llegado a algún acuerdo. Sin embargo, la semana pasada en la Conferencia sobre Afganistán, en Londres, el canciller colombiano Jaime Bermúdez reiteró la voluntad de colombia de participar activamente en la ISAF. 

Según datos del Ministerio de Defensa español, 90 miembros de su ejército han muerto en Afganistán desde que se inició su participación en 2002. Sólo ocho de ellos han muerto en acciones de guerra, mientras que la gran mayoría fallecieron en dos grandes accidentes aéreos.

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Por Redacción Internacional

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