La muerte de Samir Qantar

Las fuerzas armadas israelíes perpetraron un ataque en la capital de Siria, Damasco, en el que murió Samir Qantar, una de las más importantes figuras del Hezbolá libanés, una organización islámica de resistencia a la ocupación israelí, considerada un grupo terrorista por Israel y Estados Unidos.

“El decano de los prisioneros libaneses murió el sábado por la noche cuando aviones del enemigo sionista bombardearon un inmueble residencial en Jaramana”, una ciudad a las afueras de Damasco, dice un comunicado de Hezbolá. La televisión del grupo chií, Al Manar, precisó que cuatro misiles lanzados por cazabombarderos enemigos cayeron en el edificio donde presuntamente se alojaba Qantar, lo que produjo su completa destrucción.

La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmó la muerte de Qantar, a quien presentó como el “jefe de la resistencia siria para la liberación del Golán”, un grupo creado hace dos años por Hezbolá para lanzar operativos en esta región.

Actualmente Hezbolá, un grupo creado por Irán, combate en Siria en defensa del gobierno de Bashar al Assad, tanto contra la oposición moderada como contra las milicias yihadistas, entre estas el Estado Islámico (EI).

Qantar había sido liberado por Israel. En 1980 fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de tres personas, incluida una menor de edad, en la ciudad israelí de Nahaia. Estuvo preso 29 años antes de ser liberado en 2008 a cambio de los cadáveres de dos soldados israelíes muertos en un ataque de Hezbolá dos años antes, que había propiciado la segunda guerra del Líbano. El pasado septiembre, el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó en su lista de terroristas a Qantar, quien, hasta su liberación, era el preso libanés que más años llevaba en las cárceles de Israel.

Samir Qantar es héroe para unos y villano para otros. Mientras las organizaciones que apoyan la lucha contra la ocupación israelí lamentaron la muerte del líder y afirmaron que este se convertía en uno más de los numerosos mártires que ha dejado el prolongado conflicto árabe-israelí, por el lado de Israel había festejos. Aunque Tel Aviv no reivindicó directamente la muerte de Qantar, y también ha sido ambiguo respecto a sus intervenciones armadas en territorio sirio, la propia ministra de justicia Ayelet Shaked se declaró “feliz” al ser informada de la muerte de esta figura. Lo mismo hicieron los familiares de las víctimas que dejó Qantar.

En todo caso, el asesinato del líder no hace sino incrementar las tensiones bélicas en la región. Varias milicias propalestinas anunciaron que, a pesar de la muerte de este emblemático líder, seguirán su ejemplo y reforzarán su lucha contra la ocupación israelí. Detrás de Hezbolá está Irán, un actor que ha incrementado su poder militar en Siria y que es el archienemigo de Israel en la región. Además, a pesar de estar ocupado en Siria, Hezbolá sigue operando en el sur del Líbano. Ayer, tras conocerse la muerte de Qantar, varios misiles fueron lanzados desde esa zona hacia el norte de Israel, que se mantenía en máxima alerta.

Las fuerzas armadas israelíes perpetraron un ataque en la capital de Siria, Damasco, en el que murió Samir Qantar, una de las más importantes figuras del Hezbolá libanés, una organización islámica de resistencia a la ocupación israelí, considerada un grupo terrorista por Israel y Estados Unidos.

“El decano de los prisioneros libaneses murió el sábado por la noche cuando aviones del enemigo sionista bombardearon un inmueble residencial en Jaramana”, una ciudad a las afueras de Damasco, dice un comunicado de Hezbolá. La televisión del grupo chií, Al Manar, precisó que cuatro misiles lanzados por cazabombarderos enemigos cayeron en el edificio donde presuntamente se alojaba Qantar, lo que produjo su completa destrucción.

La ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmó la muerte de Qantar, a quien presentó como el “jefe de la resistencia siria para la liberación del Golán”, un grupo creado hace dos años por Hezbolá para lanzar operativos en esta región.

Actualmente Hezbolá, un grupo creado por Irán, combate en Siria en defensa del gobierno de Bashar al Assad, tanto contra la oposición moderada como contra las milicias yihadistas, entre estas el Estado Islámico (EI).

Qantar había sido liberado por Israel. En 1980 fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de tres personas, incluida una menor de edad, en la ciudad israelí de Nahaia. Estuvo preso 29 años antes de ser liberado en 2008 a cambio de los cadáveres de dos soldados israelíes muertos en un ataque de Hezbolá dos años antes, que había propiciado la segunda guerra del Líbano. El pasado septiembre, el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó en su lista de terroristas a Qantar, quien, hasta su liberación, era el preso libanés que más años llevaba en las cárceles de Israel.

Samir Qantar es héroe para unos y villano para otros. Mientras las organizaciones que apoyan la lucha contra la ocupación israelí lamentaron la muerte del líder y afirmaron que este se convertía en uno más de los numerosos mártires que ha dejado el prolongado conflicto árabe-israelí, por el lado de Israel había festejos. Aunque Tel Aviv no reivindicó directamente la muerte de Qantar, y también ha sido ambiguo respecto a sus intervenciones armadas en territorio sirio, la propia ministra de justicia Ayelet Shaked se declaró “feliz” al ser informada de la muerte de esta figura. Lo mismo hicieron los familiares de las víctimas que dejó Qantar.

En todo caso, el asesinato del líder no hace sino incrementar las tensiones bélicas en la región. Varias milicias propalestinas anunciaron que, a pesar de la muerte de este emblemático líder, seguirán su ejemplo y reforzarán su lucha contra la ocupación israelí. Detrás de Hezbolá está Irán, un actor que ha incrementado su poder militar en Siria y que es el archienemigo de Israel en la región. Además, a pesar de estar ocupado en Siria, Hezbolá sigue operando en el sur del Líbano. Ayer, tras conocerse la muerte de Qantar, varios misiles fueron lanzados desde esa zona hacia el norte de Israel, que se mantenía en máxima alerta.