“Expresamos nuestra solidaridad la gente de Iraq en su resistencia a que el miedo, la intimidación y el odio se expandan”. Con estas palabras, el portavoz de la Organización de las Naciones Unidas, Farhan Hag, rechazó el ataque terrorista perpetrado en Bagdad ayer, en el que murieron 51 personas. El atentado, el tercero en tres días, fue reivindicado por el Estado Islámico, que ya ha perpetrado actos similares en la capital de Irak. La explosión se produjo en el barrio de Bayaa, al sur de Bagdad, lugar de otro atentado el pasado 14 de febrero.
El ataque, según EI, fue en contra de un grupo de chiítas que se encontraban en un concurrido mercado de coches pero no se descarta que haya sido una respuesta de esa organización yihadista al avance de las tropas iraquíes en Mosul, otrora bastión del EI y, hoy en día, ciudad en disputa. Sea como sea, este es el mayor ataque terrorista que sufre Irak en lo que va del año. El 2016 fue, para ese país, un año de varios ataques, incluyendo uno perpetrado en julio, en Bagdad, en el que murieron 300 personas.
Como si fuera poco, ese país pasa por un momento crítico, debido a multitudinarias protestas contra la corrupción, por una reforma al sistema electoral iraquí y a favor del clérico chiíta Moqtada al-Sadr. El pasado 11 de febrero, siete personas murieron durante las protestas en Bagdad. La represión le ha generado a Irak críticas por parte de varias entidades como la ONU. La libertad de reunión, dijo esta organización, es "un pilar de la democracia que debe ser respetado y protegido por los ciudadanos, el Gobierno y las fuerzas de seguridad en cada momento y bajo cualquier circunstancia".
Aunque esa misma entidad ha mostrado un tono más conciliador al rechazar este nuevo ataque por parte de EI. "Naciones Unidas continuará junto al Gobierno y el pueblo de Irak en sus esfuerzos para combatir el terrorismo y el extremismo violento, especialmente construyendo confianza y entendimiento mutuo a través de un diálogo pacífico e inclusivo", dijo esa entidad, por medio de un comunicado. Mientras tanto, en Mosul, tropas iraquíes siguen en su empeño por recuperar esta población. No se descartan nuevos ataques.