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La población de China sigue bajando: ¿por qué es un problema?

Por tercer año consecutivo, el Buró Nacional de Estadísticas (NBS) de China reporta una disminución en su población, un fenómeno que desde 2023 se viene registrando tras ese mismo año haber sido superado por India como el país más poblado del mundo.

Alana Barguil
17 de enero de 2025 - 11:30 p. m.
La mayoría de las parejas en China están compuestas por hijos únicos. A pesar de los incentivos de los últimos años, frente a décadas de lo contrario, muchos no quieren tener hijos.
La mayoría de las parejas en China están compuestas por hijos únicos. A pesar de los incentivos de los últimos años, frente a décadas de lo contrario, muchos no quieren tener hijos.
Foto: Getty Images - Kevin Frayer
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A finales de 2024, la población de China se redujo a 1.408 millones de personas, lo que representa una disminución de 1,39 millones en comparación con el año anterior, según datos oficiales.

A pesar del declive demográfico, la economía de China creció un 5 % en 2024, alcanzando la meta de su gobierno. Aumentó un 3,5 % en las ventas minoristas de bienes de consumo, reportó el gobierno chino.

No obstante, esto no durará para siempre, ya que estos incrementos no son sostenibles frente a una población que ha venido en caída durante los últimos años. Sus niveles de producción y consumo podrían ser cada vez menores.

Los altos costos de vida son lo que más afecta a las parejas en edad de formar familias; por eso, evitan tener hijos. Además, China cuenta con una mayor población masculina que femenina, lo cual desequilibra la demografía.

La alta población de adultos mayores chinos es otra problemática. Repercute directamente en la juventud trabajadora, que debe asumir esas presiones económicas y sociales para mantener a esta creciente población.

El impacto de Mao Zedong en el declive actual

El declive poblacional de China tiene raíces que se remontan a la era de Mao Zedong. Dirigente del país entre 1949 y 1976, promovió un crecimiento demográfico masivo para garantizar una fuerza laboral que impulsara el desarrollo industrial y agrícola bajo su idea utópica del “Gran Salto Adelante”. En ese contexto, las familias llegaron a tener muchos hijos, fortaleciendo el espíritu nacionalista chino.

Sin embargo, esta política contribuyó a la “Gran Hambruna China” de 1959 a1961, aunque algunos historiadores amplían el rango a 1958-1962. Este desastre humanitario, provocado por fallas en la producción agrícola y decisiones políticas, dejó consecuencias mortales.

“El verdadero alcance de la hambruna no se reveló al mundo hasta la publicación de las distribuciones por edades en el primer censo de población confiable del país en 1982”, señala Václav Smil, científico y analista político checo-canadiense.

Según un estudio suyo, “los primeros cálculos estimaron que hubo entre 16,5 y 23 millones de muertes en exceso. Estudios posteriores más detallados elevaron esa cifra a entre 23 y 30 millones, mientras que documentos inéditos sugieren un total cercano a los 40 millones.”

La política del hijo único y su impacto demográfico

Como respuesta a esta tragedia, el gobierno implementó en 1980 la política del hijo único para frenar el crecimiento demográfico. Aunque no se convirtió en ley oficial, medidas estrictas sancionaron a quienes infringían la norma con multas, abortos forzados y estigmatización social.

Muchas familias optaron por abortar fetos femeninos o incluso abandonar a las niñas recién nacidas, ya que las tradiciones culturales priorizaban a los hijos hombres como los principales sostenedores económicos.

Este impacto dejó un desequilibrio demográfico que repercute hasta la actualidad. En 2021, hubo 112 hombres por cada 100 mujeres. La estabilidad social y el equilibrio cultural se ven directamente afectados, ya que muchos hombres enfrentan dificultades para encontrar pareja, lo que plantea desafíos sociales y demográficos para el futuro del país.

Impacto económico: desafíos a corto y largo plazo

El declive poblacional tiene implicaciones directas en la economía china. A corto plazo, la disminución de la fuerza laboral afectaría sectores clave como la manufactura, dificultando el dinamismo económico del cual el país se basa, llegando a niveles globales ya que “la fábrica del mundo” no tendría la misma potencia.

A largo plazo, el envejecimiento poblacional generaría una presión aún mayor sobre el sistema de pensiones y elevaría los costos de atención para la población mayor.

Con una base de consumidores decreciente, su población, China podría enfrentar presiones económicas significativas para mantener su posición como la segunda economía más grande del mundo, dicen expertos citados por Taipéi Times.

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Alana Barguil

Por Alana Barguil

Historiadora y periodista en formación de la Universidad Javeriana. abarguil@elespectador.com
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