Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En el titular del Sunday Mail de julio 13 al 19 leí: “Primera Dama distribuye tractores”. Lo acompañaba una fotografía de Grace Mugabe, la segunda esposa del Presidente. (Se casaron en una fastuosa ceremonia en 1996 luego de que su primera esposa falleciera debido a una falla renal. El presidente Mugabe tenía 72 años y Grace, quien había sido su secretaria, 31. Para el momento del matrimonio ya tenían dos hijos, y desde entonces han tenido un tercero).
La fotografía la muestra sentada tras el volante de un tractor, luciendo una camiseta con una fotografía de su esposo y engalanada en joyas. La primera dama dijo a la prensa que “el presidente Mugabe se ha encargado de asegurar que la nación tenga el poder para utilizar la tierra. En ningún otro país del mundo, el gobierno ha entregado a sus ciudadanos equipos para labranza. Lo hace porque tiene los intereses del pueblo cerca de su corazón”.
Haciendo alusión a los veteranos de guerra, agregó: “Aquellos que murieron durante la guerra no lo hicieron en vano. Murieron para que ahora tengamos un 100 por ciento de empoderamiento”.
El tema de “empoderamiento” ha sido uno de los pilares retóricos del gobierno de Mugabe. Sin embargo, muchos de los esquemas diseñados para beneficio de los zimbabuenses negros han sido utilizados por aquellos en posiciones de autoridad para beneficio propio. Mugabe y su círculo de seguidores no han implementado sus promesas de redistribución, más bien han adoptado para sí mismos un estilo de vida actualizado de aquel que anteriormente exclusivamente vivía la población blanca.
Hoy en día se han construido muchas viviendas de lujo en Harare, al igual que se ven muchos Mercedes Benz y Volvos, los vehículos preferidos de la élite de gobierno. (Los blancos con dinero prefieren los camperos). En el 2005, Mugabe y su esposa se trastearon a una nueva mansión de 25 habitaciones en Borrowdale Brooke, un suburbio de Harare.
Se comenta que el costo de su construcción fue de diez millones de dólares. Nadie sabe exactamente cómo la pagó, pero se rumora que la mansión fue financiada por el gobierno de la China, a quien el Presidente le había otorgado lucrativas concesiones de minería y comercio. Mugabe ha comentado abiertamente que recibió ayuda de “otros gobiernos”, (agregó que su amigo personal, el anterior Primer Ministro de Malasia, donó la madera para el tejado, y que el gobierno chino ofreció las baldosas azules que cubren el tejado).
Grace Mugabe se ha vuelto famosa por sus extravagantes expediciones de compra en el exterior, y ha sido comparada con Imelda Marcos por el alto costo de sus zapatos; ha dicho públicamente que debido a que su pie es muy estrecho “sólo puedo utilizar zapatos Ferragamo”. Poco tiempo después de su matrimonio, Grace supervisó la construcción de otra mansión, llamada Graceland, la cual al parecer se construyó utilizando fondos del erario. Esta mansión luego fue vendida al gobierno de Libia.
Otro legado de la era colonial es la trama cruzada de intereses entre el gobierno y el sector privado. Uno de los oficiales de una de las empresas de minería con el cual me reuní, un prominente hombre blanco de Zimbabue, habló de rechazar peticiones directas de sobornos por parte de un alto miembro del gabinete, a quien describe como “particularmente rapaz”.
Confesó que varios ejecutivos de las compañías mineras debieron entregar grandes cantidades de dinero a los oficiales de gobierno, las cuales fueron utilizadas para financiar la campaña electoral del Zanu-P.F. Agregó que Mugabe y sus compinches probablemente continuarían utilizando la amenaza de expropiación como “garrote político” para asegurar los sobornos obtenidos de las compañías mineras. Mientras tanto, esperaba que cada vez más “compañías chinas tomaran el control de más concesiones sospechosas”.
El estilo cleptomaníaco de gobierno tiene como efecto que la corrupción se filtre a todos los niveles. Para el 2008, Transparencia Internacional colocó a Zimbabue cerca del final de su índice de corrupción global, en el puesto 166 de 184 países evaluados. La corrupción es la clave para la supervivencia del régimen, y el instrumento económico que la sostiene.
El nacimiento de un líder
La generosidad de la primera dama a través de la entrega de tractores también es una forma de patronazgo. El beneficiario fue Zvimba, un distrito rural al noroeste de Harare, donde el 21 de febrero de 1924 nació su esposo, Robert Gabriel Mugabe, cuando hacía parte de la colonia inglesa de Rhodesia del Sur.
Mugabe era el tercero de cuatro hombres de una pareja Shona. Cuando cumplió diez años, sus dos hermanos mayores murieron y su padre los abandonó. Su madre tuvo que encargarse de él, su hermano menor y dos hermanas. (Una de ellas, Sabina, la madre de Leo, fue miembro del Parlamento en representación de Zvimba, y estuvo involucrada en la organización de varias tomas violentas de tierra). Logró que Robert fuera educado en la escuela de la misión jesuita, donde el director de la escuela, un irlandés, le otorgó una beca. En 1951 fue a la Universidad de Sudáfrica, en Fort Hare, donde se graduó en historia y literatura inglesa. Luego, terminó otras dos carreras y pasó varios años trabajando como maestro en Rhodesia del Sur, Rhodesia del Norte (la actual Zambia) y en la recientemente independiente Ghana, donde el carismático líder marxista Kwame Nkrumah ofrecía inspiración y tutoría a una generación de nacionalistas negros.
Durante su estancia en Ghana, Mugabe se radicalizó; allí también conoció a su primera esposa, Sally Hayfron. Regresaron a Rhodesia del Sur en 1960, y Mugabe, quien se había convertido en un gran orador, muy pronto ascendió al cargo de secretario general de Zanu, uno de los dos partidos nacionalistas negros. El otro partido se denominaba Zapu, Unión de Personas Africanas de Zimbabue, y era liderado por Joshua Nkomo. Los principales seguidores del partido Zanu eran la población Shona, el grupo étnico predominante en Zimbabue, mientras que los seguidores de Zapu eran en su mayoría los Ndebele, la tribu emparentada con los Zulú que habitan en el suroccidente del país.
Zanu, el partido de Mugabe, era nominalmente maoísta y recibía asistencia del gobierno chino, inclusive entrenamiento por parte de instructores militares. Por su parte, Zapu seguía la política soviética y recibía asistencia de Rusia. (Los principales miembros de la élite del gobierno, en particular los miembros de las fuerzas armadas, desarrollaron vínculos personales con la China que se remontan desde entonces).
En 1964, Mugabe, quien había sido arrestado varias veces, fue condenado a once años de prisión por incitar a la subversión. A medida que otras colonias se independizaban bajo el liderazgo de los africanos negros, en 1965, el primer ministro de Rhodesia del Sur, Ian Smith, declaró unilateralmente y en nombre de la minoría blanca, la independencia de Gran Bretaña. (Eventualmente el país fue declarado República de Rhodesia).
Al año siguiente, Nhamodzenyika, el hijo de tres años de Mugabe con Sally, murió de encefalitis. Durante su tiempo en prisión, Mugabe obtuvo cuatro títulos más, incluyendo uno en derecho, luego de cursar programas por correspondencia de universidades en Sudáfrica y Gran Bretaña.
En diciembre de 1974, luego de ser puesto en libertad, Mugabe escapó a Mozambique donde se unió a los exiliados camaradas del partido Zanu, quienes para entonces se habían conformado en un grupo guerrillero y luchaban en contra del ejército de Rhodesia. Se cree que aproximadamente 30.000 personas murieron en la guerra civil de Rhodesia, a la cual los zimbabuenses negros llaman la Guerra por la liberación, y los blancos la llaman la Bush War. El conflicto continuó hasta 1979, cuando los ingleses negociaron el cese al fuego en conversaciones en Lancaster House en Londres. Mugabe fue uno de los signatarios del acuerdo, y en 1980, él y su partido fueron vencedores en las primeras elecciones generales de Zimbabue.
Mugabe había acordado que se implementaría una “Constitución de independencia” que sería inalterable por un período de diez años. Las minorías blancas, que representaban un cinco por ciento del total de la población, recibieron 20 de las 100 curules en el Parlamento. A cambio del compromiso por parte de los ingleses de ayudar económicamente en el esquema de “vendedor dispuesto, comprador dispuesto”, que pretendía ayudar a los negros que no tenían tierra, Mugabe se comprometió a no tocar las granjas propiedad de los zimbabuenses blancos.
Sin embargo, el problema de tierras no desapareció. Un problema que se remontaba a la década de 1890, cuando grandes feudos fueron entregados a los colonos blancos y los africanos fueron confinados a “tierras comunales”; cien años después, la mayoría de negros aún no tenían tierra. Durante sus primeros diez años de gobierno, Mugabe adquirió unas 2,5 millones de hectáreas, aproximadamente una tercera parte de las tierras propiedad de los blancos, y las entregó a 50.000 familias negras.
Hubo poco seguimiento al programa, y la mayoría de granjeros negros no prosperaron. En 1990, Mugabe presentó una enmienda constitucional en la cual se permitía al gobierno expropiar tierras y colocarles un precio de venta. En las subsiguientes discusiones entre los terratenientes blancos y el gobierno no hubo resolución alguna; mientras tanto las expropiaciones se llevaban a cabo de manera descontrolada y arbitraria. Este proceso vino acompañado de la corrupción: los aliados y parientes de Mugabe recibieron tierras y sus opositores políticos las perdieron.
El opositor
Las crecientes contradicciones que se presentaron durante este período fueron la base para la creación de un nuevo grupo de oposición liderado por Morgan Tsvangirai. Mientras que Mugabe es un hombre taciturno y distante, Tsvangirai es sociable y agradable, y a sus 56 años es una generación más joven que Mugabe.
De extracción humilde, al igual que Mugabe, Tsvangirai es el mayor de nueve hijos de un albañil. Contrario a Mugabe, no terminó secundaria y comenzó a trabajar en una mina de níquel para ayudar en la educación de sus hermanos. Se convirtió en sindicalista y en 1988 fue elegido como secretario general del Congreso de Sindicatos de Zimbabue. Bajo Tsvangirai, el movimiento sindical se convirtió en el principal medio de oposición. Gradualmente tomó forma hasta que en 1999 se convirtió en el M.D.C.
A finales de los años noventa, el partido laborista de Tony Blair y otros donantes de occidente se rehusaron a seguir subsidiando la “reforma agraria” en Zimbabue. Como respuesta a esto, en febrero del 2000, Mugabe presentó un referendo constitucional que le otorgaría un mayor poder, incluyendo la autoridad para expropiar tierras sin consulta previa. El M.D.C., que tenía nexos cercanos con los terratenientes blancos, llevó a cabo una enérgica campaña en contra del proyecto de ley y fue derrotado. Algunas semanas después, grupos de supuestos “veteranos de guerra”, armados con machete, simultáneamente invadieron las granjas propiedad de los blancos a través del país. Mugabe indicó claramente que las invasiones contaban con su beneplácito.
© 2008, Jon Lee Anderson. Este artículo apareció primero en la revista ‘The New Yorker’. Traducción de Laura Salazar. Este martes tercera entrega: “La tierra”