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Gran Bretaña y Estados Unidos han suspendido la asistencia de equipos militares no letales a las fuerzas rebeldes sirias, ya que la oposición se sigue fracturando entre una rama moderada y otra de islamistas de línea dura. Esta división debilita los esfuerzos de los rebeldes para derrocar al presidente Bashar Al-Assad.
Los dos países proveedores hicieron el anuncio el miércoles después de que el Frente Islamista de Salvación tomó el control de la sede y los almacenes pertenecientes a la oposición moderada del Ejercito Libre Sirio (FSA, siglas en inglés), que ha estado recibiendo apoyo de Occidente. El embajador de EE.UU. en Ankara declaró que, como consecuencia de la infiltración de islamistas, había suspendido "toda la asistencia no letal" en el norte de Siria. El Reino Unido siguió el paso de inmediato.
Este grupo de combatientes extremistas combina muchas brigadas, incluyendo militantes que no son parte de Al-Qaeda, pero que quieren un estado donde se aplique la ley islámica –la sharia- de línea dura. Esta organización rechazó la lealtad al opositor Consejo Nacional de Siria (CNS), apoyado por Occidente, así como una invitación a las conversaciones de paz previstas para el próximo 22 de enero en Ginebra.
Según informes, los almacenes incautados contienen decenas de armas antiaéreas y cohetes antitanques, que se entregaron a través del cruce Bab al-Hawa en la frontera de Turquía la semana pasada. Además almacenan vehículos, alimentos y otros suministros.
La suspensión de los suministros de ayuda no militar, como chalecos antibalas, equipos de comunicación y vehículos blindados en el caso de Estados Unidos, fue una respuesta a la presencia de una nueva facción pan-islamista entre los puestos del Ejército Libre Sirio en el norte del país. Esos puestos forman parte del FSA y su Consejo Militar Supremo (SMC).
Louay Meqdad, un portavoz de la FSA, instó a "nuestros amigos" a reconsiderar la decisión, calificándola como "apresurada y errónea". Sin embargo, la FSA ha sufrido escisiones recientemente, y un exportavoz, Fahd al-Masri, dijo que la decisión demuestra el fracaso del general Salem Idriss, el líder de la FSA, que prácticamente no tiene ningún apoyo militar sobre el terreno.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido declaró que "en este momento estamos investigando los acontecimientos que tuvieron lugar durante el fin de semana pasado. Mientras que la investigación está en curso, no vamos a entregar equipos al SMC. Tenemos la intención de reanudar la ayuda tan pronto como nosotros y el SMC consideremos que las condiciones sobre el terreno permiten que el SMC puede recibir la entrega segura de los equipos suministrados".
El FSA sufrió un gran golpe la semana pasada, cuando dos de sus comandantes, Mohammed al-Qadi y Ahmad Jahar, fueron secuestrados por la agrupación Al Qaeda en el Estado Islámico de Irak, cerca de Azaaz, una ciudad fronteriza. Sus cuerpos fueron descubiertos más tarde en las inmediaciones.
La oposición moderada recibió otro golpe cuando una de las activistas seculares más conocidas del país, Razan Zeitouneh, fue secuestrada esta semana con su esposo y sus dos colegas en una ciudad controlada por los rebeldes cerca de Damasco. Ella fue una de las primeras en levantar la voz en contra de Al -Assad y ha estado detenida en varias ocasiones por el régimen. Una vez más, se cree que los militantes son los responsables.
En estos días, el régimen gobernante consiguió una nueva victoria táctica en su objetivo de mantenerse en el poder en Damasco y en el principal corredor occidental de Siria, cuando recobró la ciudad estratégica de Nabuk. Según los activistas de la oposición, la llegada de fuerzas oficiales a Nabuk se produjo a expensas del asesinato deliberado de mujeres y niños. Hasta el momento, el número de víctimas de la guerra civil en Siria se estima en 125.000.