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Las confesiones de un torturador

El jefe de la prisión de Tuol Sleng, donde 16.000 hombres, mujeres y niños fueron torturados antes de morir ejecutados, compareció ante el tribunal del genocidio en Camboya en el primer juicio al reino de terror del Jemer Rojo hace más de tres décadas.

AP, Phnom Penh (Camboya)

17 de febrero de 2009 - 06:00 p. m.
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Kaing Guek Eav —más conocido como Duch—, acusado de crímenes de lesa humanidad, es el primero de cinco personas que van a juicio por el genocidio perpetrado por el Jemer Rojo entre abril de 1975 y enero de 1979. Los cinco acusados formaban parte de un grupo de ultracomunistas que convirtieron Camboya en un enorme campo de concentración y en un osario en el que por lo menos 1’700.000 personas murieron de hambre, enfermedades y tortuosas ejecuciones.

Duch dirigió la prisión S-21 en Phnom Penh para el Jemer Rojo y es el único acusado que ha manifestado remordimiento por sus acciones. “Duch desea pedir perdón a las víctimas y también al pueblo camboyano”, dijo su abogado francés François Roux.

La audiencia de esta semana establece el programa del juicio, que se cree comenzará a fines de marzo. Serán 40 testigos los que relaten los horrores que cometieron  Duch y otros miembros del Jemer Rojo durante cuatro años. Pero a pesar del remordimiento de los torturadores, el perdón está lejos. Así lo dijo Vann Nath, uno de los pocos sobrevivientes de la masacre. “Llevo 30 años esperando justicia”.

Por AP, Phnom Penh (Camboya)

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