Las niñas de la guerra en Nigeria

Boko Haram suele secuestrar jóvenes estudiantes en el norte del país. Esta semana se llevó a más de cien, cuyo destino es incierto. Según Unicef, más de 7.000 niñas y mujeres pasan años de horrores en manos de esta organización terrorista.

redacción internacional
23 de febrero de 2018 - 03:00 a. m.
Mujeres se reúnen después de un ataque terrorista de Boko Haram en Nigeria. / AP
Mujeres se reúnen después de un ataque terrorista de Boko Haram en Nigeria. / AP
Foto: AP - Jossy Ola

Asabe, de 17 años, tuvo una niña en junio del año pasado. Lo hizo sola, sin atención médica y en terribles condiciones sanitarias: no tenía siquiera acceso a agua potable. Hacía menos de diez meses había parido otro bebé, en peores circunstancias. Como su niña, su primer hijo también fue producto de las múltiples violaciones que vivió durante los dos años que fue una esclava sexual del grupo terrorista Boko Haram, que azota el norte de Nigeria y ataca internados para llevarse a niñas y mujeres.

Lo hace desde 2012, cuando su líder, Abubakar Shekau, lo sentenció: “Nos llevaremos a sus mujeres porque los militares han seguido capturando las nuestras. (...) ¡Oh Alá!, sabemos que están teniendo sexo con una de ellas en este momento”.

Desde entonces, calcula Unicef, los terroristas se han llevado cerca de 7.000 niñas y mujeres. Según el Instituto Royal United Service de Londres, Boko Haram actúa en el 90 % de las comunidades del norte de Nigeria, en donde la población es más pobre, el grupo tiene más apoyo y las niñas y mujeres son discriminadas.

Puede leer: ¿Qué es Boko Haram, la organización terrorista de Nigeria?

Los terroristas repiten el mismo libreto desde entonces: en la noche y a bordo de camiones, cientos de militantes llegan a los internados fuertemente armados, matan a los hombres y se llevan a las internas.

Esta semana, otro secuestro volvió a ser noticia. Se llevaron a 111 estudiantes de una escuela femenina en Damasak. Según informó el portavoz del gobierno de la región, Abdullahi Bego, 76 fueron liberadas. Algo que desmintió el mismo gobierno más tarde.

Según dijo el gobernador Ibrahim Gaidam, “hasta ahora no se sabe cuántas niñas se llevaron del instituto, pero sí hay muchas estudiantes desaparecidas, al igual que profesores”, señaló.

Desde que se produjo el ataque, el lunes en la noche, hay posiciones enfrentadas entre la Policía y el gobierno sobre si las estudiantes han sido o no secuestradas por Boko Haram y tampoco hay datos fiables sobre el número de niñas que siguen desaparecidas. Gaidam pidió a los padres que sigan rezando por las niñas.

Ver más: ¿Qué pasa en Nigeria?

Rezos que no cesan desde 2014, cuando Boko Haram cometió el que quizás ha sido su secuestro más renombrado: raptó a 234 estudiantes de una escuela de Chibok. Aunque las autoridades liberaron a un grupo, los padres de 112 de las estudiantes siguen reclamando información. También lo hacen los familiares de 500 mujeres que se llevaron en 2016 de otro internado femenino de Yobe.

Datos oficiales dan cuenta de cerca de 90 ataques al año a escuelas en Nigeria. Boko Haram, que significa “la educación occidental es un pecado”, desarrolla desde 2009 una cruenta guerra que ha dejado más de 20.000 muertos y 2,6 millones de desplazados. Como su intención es implantar la sharia, ley extrema islámica, atacan todo lo que signifique desarrollo.

Estos ataques plantean muchos interrogantes sobre la capacidad del gobierno de Nigeria de vencer a este grupo terrorista, luego de nueve años de conflicto.

Sin opciones

“Después de que nos llevaron del internado, los hombres de la milicia hacían turnos para acostarse conmigo. Cuando estaba embarazada debía limpiar y cocinar para ellos, pero una vez tuve al bebé volví a ser su esclava sexual”, le dijo Asabe al periódico The Punch en agosto de 2017, cuando fue liberada junto con otras 800 jovencitas.

De ellas, cerca de 300 estaban embarazadas. El año pasado, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) contabilizó 16.000 embarazos en el norte de Nigeria, la zona donde actúan los terroristas.

Las niñas más pequeñas suelen correr otro destino: las obligan a casarse con miembros del grupo o las convierten en terroristas. De acuerdo con un informe de Amnistía Internacional (AI), desde 2014, cerca de 2.000 mujeres fueron forzadas a combatir y a cometer atentados. En 2017, 454 mujeres y adolescentes fueron usadas como bombas humanas, con un saldo de 1.225 muertos. Otras 232 fueron arrestadas antes de que cometieran incidentes relacionados en Nigeria, Camerún, Chad y Níger.

La ONG Child Soldiers International, que ayer presentó un informe sobre los niños en conflictos, señaló un aumento en el uso de menores como bombas humanas. Práctica que, dice la ONG, es “una alarmante tendencia que afecta sobre todo a las niñas”.

En la lista de los lugares donde más niñas se usan para este propósito aparecen India, Pakistán, Afganistán, Filipinas, Birmania, Yemen, Irak, Siria y varias naciones africanas, como Somalia, Sudán, Libia y Nigeria.

Unicef denuncia que la vida de estas niñas es una sucesión de horrores que ningún ser humano debería vivir jamás. “Nigeria es un país muy grande. En el sur hay muchas mujeres educadas, pero el reto está en el norte, en donde la evolución de los derechos de la mujer es muy lenta”, dice Hauwa Ibrahim, abogada nigeriana que conformó una comisión para ayudar a liberar estudiantes secuestradas.

Por redacción internacional

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