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Decenas de miembros y representantes de organizaciones de la sociedad civil se quejaron por la organización de la Cumbre 49° de la OEA que se celebra en Medellín, luego de que se les negó el ingreso al recinto donde en la mañana del jueves se realizaba la primera plenaria del día entre los representantes de los 35 estados miembros. Catherine Pognat, jefe de sección de relaciones con la sociedad civil de la OEA, explicó ante las quejas que el escenario estaba completamente lleno y que por razones de seguridad no se permitía el ingreso de más personas. “Ayer se avisó que primero llegado primero entrado hasta que se llene el espacio”, dijo Pognat. Sin embargo, su justificación sólo logró alterar más los ánimos de quienes se quedaron a las afueras del auditorio de la Plaza Mayor, lugar del evento.
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“¿Quién hace una fiesta para mil y alquila un salón para diez?”, se preguntaba una mujer argentina miembro de una organización civil. “Fuimos invitados de confite” agregó. Al de ella, se sumaron los reclamos de ciudadanos de Perú, Bolivia, Nicaragua, México y Brasil, entre otros países, quienes, bajo el intenso calor de Medellín, destacaron que el alto costo de sus viajes no sirvió de mucho.
“¿Cuál fue el propósito de nuestros viajes y que nos acreditaran si nos dejan afuera?”, preguntó otra ciudadana argentina. Si bien durante la plenaria del jueves los miembros de las organizaciones civiles no tenían espacio para hablar, muchos de ellos querían estar dentro del escenario como un acto presencial y para en algunos casos ejercer presión sobre sus representantes para que pusieran en la mesa discusiones ignoradas, como ha ocurrido en asambleas anteriores. Los organizadores de la cumbre habilitaron espacios donde los integrantes de organizaciones, que no lograron entrar al recinto principal, pudieran observar el desenlace de la plenaria. Sin embargo, para muchos esa solución no era suficiente, y representaba un insulto para quienes habían recorrido un largo camino para llegar a la ciudad. “No vine a Colombia para ver en una pantalla la discusión. Para eso me hubiera quedado en casa. No tiene sentido. Es una ofensa. La respuesta de que no hay espacio no nos satisface”, detalló un hombre peruano.
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Entre los reclamos se escucharon quejas contra el gobierno colombiano por la organización del evento. “Qué vergüenza con los extranjeros lo que está sucediendo en el país”, dijo un ciudadano nacional que no quiso revelar su identidad a este medio. Sin embargo, la cancillería colombiana declaró que el tema de la organización de la cumbre fue competencia de la OEA y no del gobierno nacional, pues este se limitó a poner los recursos para el evento. Se espera que en las próximas horas la organización se pronuncie sobre la situación.
“Le cerraron la puerta a los miembros de la sociedad civil”, dijo Nadie Márquez de Casasitencia, organización argentina. “No quieren votar frente a nosotros. Van a decir que las asociaciones civiles estuvieron presentes y no es verdad”, agregó. Las naciones miembro de la OEA presentaban en la mañana de este jueves los proyectos sobre los cuales la Asamblea General se pronunciará a través de resoluciones sobre las situaciones de Venezuela, Nicaragua y la corrupción que azota al continente. En medio de la plenaria, la delegación uruguaya sorprendió a todos al retirarse de la cumbre, luego de manifestar su rechazo a la acreditación de los representantes enviados por el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, a la Asamblea General de la OEA.