Un nuevo caso de hermetismo rodea a la cúpula más cercana al presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, con la repentina ausencia del ministro de Defensa Li Shangfu, un veterano general del Ejército de Liberación Popular (EPL) que, desde marzo (fecha en la que Xi fue reelegido como presidente), fue promovido como titular de la cartera de defensa en el gigante asiático.
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Li, de 65 años, no es visto en público desde finales de agosto cuando participó en un evento oficial sobre las relaciones de China con África. Desde entonces, ha pasado completamente desapercibido en redes sociales y apariciones públicas.
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Es el tercer funcionario cercano a la cúpula de Xi que desaparece de un momento a otro del panorama público. Antes, ya pasaron por la misma situación el excanciller Qin Gang, figura clave en el restablecimiento de diálogos con Estados Unidos tras la crisis de los globos espías, quien terminó siendo destituido en julio, seis meses después de asumir el cargo.
También fue separado de su cargo por los mismos días Yi Gang, gobernador del Banco Popular de China, y como su sucesor llegó Pan Gongsheng. A Qin lo sustituyó justamente su antecesor, el experimentado Wang Yi, un “veterano de la democracia”, como lo describe el profesor e investigador de la Universidad Externado Pío García, pues Wang “mantuvo la dirección de la política exterior durante 10 años, acompañando la gestión del presidente Xi, entre 2013 y 2022″.
Sin embargo, esa prudencia y hermetismo con la que ha desaparecido Li obedecen a un sello del actuar en el gobierno chino, como explica el profesor de la Universidad Externado de Colombia David Castrillón-Kerrigan.
“En casos anteriores hemos visto que como parte de la campaña anticorrupción del Gobierno de Xi Jinping, algunas altas figuras son acusadas de corrupción y son enviadas a la justicia por eso. No es extraño, es como un sello”, explica Castrillón.
Y es que según explica el profesor, usualmente cuando estos funcionarios, sean de alto rango o de base, desaparecen de sus funciones, pueden estar siendo objeto, primero, de investigaciones internas en el seno del Partido Comunista Chino. “En este caso, la Comisión Central de Disciplina e Inspección es la encargada de la primera revisión de posibles infracciones, como un proceso in house. Después, ya se podría pasar a un caso más público ante las Cortes, si es que se encuentra”, complementa.
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Cabe resaltar que las especulaciones del caso han apuntado a que ocultar a Li de la vida pública puede ir en sintonía con la decisión del presidente Xi en los últimos dos meses de separar de su cargo a dos generales del Ejército Popular de Liberación (las fuerzas armadas de China) por denuncias relacionadas con corrupción. En concreto, según The New York Times: “Los despidos abruptos sugirieron que Xi buscaba reafirmar su control sobre el ejército y purgar de sus filas la corrupción, la deslealtad y la disfunción percibidas, dijeron los analistas”.
Hasta el momento a Li no se le ha acusado formalmente de ningún cargo, ni se le ha destituido de su cargo. También es pertinente recordar que si bien este gabinete se encarga de asuntos neurálgicos para los intereses chinos, responde primero ante el primer ministro Li Chang, antes que a Xi.
Sin embargo, sobre la campaña anticorrupción en el seno del gobierno de Xi, Castrillón afirma que ha sido “efectiva”, además que “lo vemos también en las cifras de personas que han sido efectivamente acusadas y finalmente procesadas por casos de corrupción. Cuando el presidente empezó esta campaña, anunció que sería una campaña contra ‘moscas y tigres’, que era como lo llamaban, es decir, que esa era una campaña que iba a perseguir a los grupos, ya sea el policía de más bajo nivel en una aldea o los más altos oficiales miembros del gabinete de altos Ejecutivos, cualquier persona corrupta, pues sería procesada debidamente”.
Parece que esta campaña ha tocado las puertas del EPL. Pero con todo y las bajas sensibles, como la cabeza del ministerio de Defensa y dos generales responsables de los programas nucleares del país, Castrillón le resta gravedad al impacto que puedan tener las bajas en la cúpula militar, así como en el gabinete de Chang.
La cabeza de las fuerzas armadas, como en cualquier otro Estado, vendría siendo el presidente, Xi Jinping, por lo que por más alto que sea el rango del general Li, el EPL sigue respondiendo ante un mismo alto mando.
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Además, a diferencia de otros ejércitos, explica Castrillón, “dentro de la Comisión Central Militar hay un número de miembros, son siete dirigidos por Xi Jinping con dos vicepresidentes de la comisión y por debajo hay cuatro otros miembros que incluyen al ministro de Defensa. Entonces, pues en este caso el hecho de que haya un cambio en alguna de esas patas de la comisión no pone en riesgo, no vulnera de alguna manera los intereses chinos ni su capacidad militar.”
En resumidas cuentas, es un sistema diferente, por ejemplo, al colombiano, en el que quien lidera una cartera en el gabinete es entendido como la más alta autoridad, explica el docente.
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Por Hugo Santiago Caro
