El fundador y líder histórico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, llamó a la disolución del grupo. En una declaración leída por diputados kurdos que lo visitaron el jueves en su prisión frente a las costas de Estambul, Abdullah Öcalan pidió la disolución del movimiento armado e instó a los miembros a deponer las armas.
En este mensaje tan esperado, Öcalan, de 75 años, afirmó que responde así a las autoridades turcas y a “otros partidos” al término de un proceso iniciado en otoño por el principal aliado del presidente Recep Tayyip Erdogan, el nacionalista Devlet Bahçeli.
“El llamado lanzado por él, así como la voluntad expresada por el señor presidente y las respuestas positivas de los demás partidos políticos a este llamado, han creado un entorno en el que hago un llamamiento al abandono de las armas y asumo la responsabilidad histórica de esto”, declaró el líder kurdo. “Convoquen a nuestro congreso y tomen una decisión: todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse”, concluyó.
Este mensaje, esperado desde hace semanas, fue leído en kurdo y luego en turco ante una multitud de periodistas reunidos en un hotel del centro de Estambul, frente a una gran fotografía que mostraba al líder histórico del PKK con el cabello encanecido y sosteniendo una hoja en blanco.
“La organización -incluida en la lista de grupos terroristas de Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos- ha mantenido siempre una férrea estructura jerárquica y un gran culto a la personalidad de Öcalan, lo que ha favorecido que este mantenga una fuerte influencia sobre todos los seguidores y simpatizantes del PKK, pese a su encierro en prisión”, informa desde Estambul nuestro corresponsal, Andrés Mourenza.
Del PKK dependen, además de grupos armados que actúan en Turquía o Irán, las milicias kurdo sirias YPG, que controlan un tercio del territorio sirio y que actualmente negocian su incorporación al nuevo Gobierno tras el derrocamiento de Bashar al Asad, por lo que este llamamiento de Öcalan también podría tener efectos en el país vecino.
“Determinación” para pasar la página de la lucha armada
El PKK ha mantenido durante años una lucha armada contra el poder en Turquía. Öcalan, líder y fundador del movimiento, fue arrestado en 1999 durante una operación digna de una película de Hollywood, llevada a cabo por las fuerzas de seguridad turcas en Kenia tras años de fuga. Actualmente, cumple cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional, en la prisión turca de la isla de İmralı.
Él ya había expresado en encuentros previos con diputados prokurdos su “determinación” de cerrar el capítulo de la lucha armada. De hecho, a finales de octubre, ante unos interlocutores, dijo: “Si se dan las condiciones, tengo el poder teórico y práctico de trasladar el conflicto del campo de la violencia al terreno jurídico y político”.
Sus dos llamados anteriores a la tregua, a principios de los años 2000 y luego en 2013, fracasaron, dando paso a nuevas olas de violencia. “Millones de personas rezan por una solución”, afirmó el martes el vicepresidente del DEM, Tuncer Bakırhan.
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