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Una investigación periodística sobre un crédito obtenido en 2008, bajo condiciones muy favorables, tiene al presidente de Alemania, Christian Wulff, y al periódico Bild en medio de un escándalo que amenaza con cobrar varias víctimas. Resulta que el pasado 12 de diciembre un periodista del semanario alemán Bild llamó al mandatario —cercano a esta publicación— para preguntarle por un crédito obtenido en 2008 para la compra de una casa.
Wulff no sólo no respondió, sino que amenazó por teléfono al director de Bild, Kai Diekmann, para que no publicara detalles del crédito. Las amenazas quedaron grabadas en el buzón del celular y ahora quieren hacerlas públicas. Algo que el presidente está tratando de impedir. En un comunicado, emitido ayer, Wulff le dice a Diekmann que ya se disculpó y que lo mejor es “dejar las cosas así”. Sin embargo, Bild pidió una autorización para publicar la llamada. Entre el mandatario y el semanario hay dos versiones: mientras Wulff asegura que pidió aplazar un día la divulgación de la información para poder dar su versión, el diario señala que la intención fue impedir la publicación del artículo diciendo que si éste salía a luz sería “una declaración de guerra”.
La investigación, publicada por Bild, reveló que Wulff recibió en 2008, cuando era primer ministro del estado federado de Baja Sajonia, un crédito en condiciones demasiado favorables por 500.000 euros para comprar una vivienda. Según el presidente alemán, nunca reportó dicho crédito porque el dinero se lo había prestado la esposa de un empresario amigo, Egon Geerkens. Pero luego salió a relucir una larga lista de vacaciones pasadas por Wulff en España, Italia y otros lugares, entre 2003 y 2010, aún como “barón” de Baja Sajonia, a invitación de empresarios locales. Asimismo, se conoció que el préstamo de los Geerkens fue liquidado con un crédito, también en términos ventajosos, de un banco público del Land (estado federado) de Baden-Württemberg.
En una entrevista el mandatario aceptó haber cometido graves errores, pero dijo que no renunciará. Además, le insistió a Bild no publicar el contenido de la llamada, lo que ha desatado grandes especulaciones. El diario Berliner Zeitung publicó que las tensiones entre el presidente y el periódico se deben a “informaciones que no se publican todavía sobre a la vida anterior de su esposa, Bettina”. Bild lo niega.
Las presiones crecen. Mientras los partidos de la coalición gubernamental que dirige la canciller federal, Ángela Merkel, se mostraron aliviados tras las explicaciones de Wulff, la oposición socialdemócrata considera que el presidente no ha dado explicaciones satisfactorias ni suficientes: “Tengo el derecho a tener amigos y visitarlos”, concluyó Wulff”.