El 15 de mayo de 1948 es día de conmemoración para los palestinos y celebración para los israelíes. Hoy, 76 años después de esa fecha que tiene significados y recuerdos tan diferentes para estas comunidades resulta importante evocarla para comprender un conflicto que hasta hace siete meses permanecía latente.
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El 14 de mayo de 1948 se declaró de manera oficial el Estado de Israel luego de que alrededor de 136.000 sobrevivientes y desplazados del Holocausto guiados por los principios del sionismo —que, de acuerdo con Teresa Aya, analista internacional de Medio Oriente, “es la unión de la tierra con la fe judía y por eso el Estado tenía que estar en el territorio donde quedaba Jerusalén— decidieran que el territorio palestino asignado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en noviembre de 1947 era el lugar más deseable para rehacer su vida.
Desde entonces, los israelíes celebran en este día “la unidad inquebrantable del pueblo judío como se ha dado a través de la historia cuando las circunstancias adversas así lo exigían”, expresó Marcos Peckel, director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, en una columna de opinión publicada por este diario y titulada “76 años de Israel”.
Por otro lado, para los palestinos esta fecha no es de festejo. Sirve para conmemorar la Nabka un término árabe que significa “catástrofe” o “desastre” en dicho idioma y que es utilizado para recordar el desplazamiento permanente de 750.000 personas principalmente a Gaza y Cisjordania por la victoria de Israel en su Guerra de Independencia.
Este año, tras siete meses de enfrentamientos en Gaza y con la cifra más alta de desplazados de la historia (3,4 millones de desplazamientos solo de octubre a diciembre, cifra que supera al número de habitantes, debido a que hay personas que han tenido que desplazarse más de una vez), la Nabka “revive ese sentimiento de a dónde nos vamos y a dónde pertenezco yo en este mundo”, comentó Aya. También, la deuda histórica que hay con los más de 5,9 millones de refugiados reconocidos por la ONU que viven en campamentos en Jordania, Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano y Jerusalén Este, y que nunca recibieron apoyo de fondo por los organismos internacionales, agregó la experta.
Pero, según la analista, el ataque del 7 de octubre de Hamás a Israel “fue una Nabka o catástrofe para ambos. Para Israel por lo que significó el ataque y para los palestinos porque perdieron algo del territorio ganado luego de los acuerdos de Oslo”, añadió. Así esta sería “la gran catástrofe que llevó a que hoy en día todos perdieran algo”.
En el caso de Israel, se contaron casi 1.200 personas muertas a manos de los milicianos de Hamás y 250 rehenes, de los cuales 130 siguen en cautiverio (al menos una tercera parte ya ha muerto). Por dicho ataque, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, prometió “aplastar y destruir a Hamás”. En el lado de la Franja, las consecuencias son al menos 34.904 víctimas mortales, según el Ministerio de Salud del territorio (dirigido por Hamás); cerca de 1,11 millones de personas en inminente hambruna y casi 1.900.000 desplazados.
En medio de la conmemoración de la Nabka, según el portavoz adjunto del secretario general de la ONU, Farhan Haq, aproximadamente 600.000 personas, que constituyen una cuarta parte de la población de Gaza, han sido desplazadas de Rafah desde el 6 de mayo debido a la actual operación terrestre de Israel. Hasta ahora se desconoce de un plan para reubicarlos.
Los despachos de prensa de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, (UNRWA) reportan que el Ejército israelí lanzó folletos en el este de Rafah ordenando a las comunidades trasladarse a la llamada “zona segura” de Al Mawasi, un área localizada junto al mar Mediterráneo en la misma ciudad de Rafah. Sin embargo, según explicó a Noticias ONU la portavoz de UNRWA en Gaza, Louise Wateridge, “en Al Mawasi hay una grave falta de infraestructura suficiente, incluida la disponibilidad de agua, y no es factible apoyar a decenas de miles de personas desplazadas”.
Si antes Israel, con una población de algo más de nueve millones de personas, aseguraba que no podían dejar regresar a más de cinco millones de refugiados porque significaría el fin de su existencia como Estado judío, ahora el futuro de los 1,4 millones de personas que se encuentran en Rafah es cada vez más incierto. Para Felipe Medina Gutiérrez, docente de Medio Oriente de la Universidad Javeriana, “lo que enfrentarán los palestinos es verse sometidos a una nueva forma de colonialismo en Gaza con la presencia de colonos israelíes poblando el territorio”, explicó.
Por su parte, Egipto, el país más cercano, ha dicho claramente desde el inicio que no acogerá a los palestinos que huyan de la guerra o sean expulsados por Israel de su tierra para que no se repita lo que sucedió en 2008 cuando miles de gazatíes derribaron una parte de la valla fronteriza debido a la escasez de alimentos y otros productos básicos en Gaza tras el bloque impuesto por Israel en 2007; así, las opciones cada vez son más limitadas.
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