Mafiosos de Nueva York

Nunca antes se asestó un golpe similar a la mafia italiana en Estados Unidos y el fiscal Eric Holder lo hacía saber mientras hablaba en la rueda de prensa que oficializaba la captura de 127 personas ligadas a la llamada Cosa Nostra. En total participaron más de 800 agentes del FBI y policías, quienes hicieron un barrido por las residencias de los miembros del crimen organizado en Nueva York y sus alrededores.

“Es el mayor golpe contra la mafia en la historia de EE.UU., es un importante y alentador paso contra la Cosa Nostra, pero la realidad es que esta lucha está lejos de acabar”, aseguró Holder, cuyas palabras llevaban implícitas la larga batalla que las autoridades norteamericanas han sostenido contra el crimen importado de Italia. De hecho, varios de los delitos de los que se acusa a los capturados datan de los años 80 y hasta la fecha se mantienen impunes.

A finales de 1800 y en los primeros años de 1900, la mafia siciliana, la Cosa Nostra y en general la mafia italiana, llegó a Estados Unidos con los italianos que migraron hacia Norteamérica. Los negocios ilegales y familiares fueron implantados en nuevo sistema y se fortalecieron con el prohibicionismo de las décadas siguientes hasta penetrar, con su mano casi invisible, la economía e incluso la política. Holder habló de asesinato, narcotráfico, lavado de dinero, crimen organizado, extorsión, usura y juego ilegal. Toda esta trama de delitos se fue tejiendo con los años y hoy se expande por el mundo impulsado por la globalización.

“Desde 2008 en Estados Unidos está siendo perseguida con la misma intensidad con la que se persigue el terrorismo islámico y el Al Qaeda. La Cosa Nostra ha sido por muchos años una de las principales plataformas de distribución mundial de droga, con nexos en países como Colombia y México, y en las naciones europeas”, comenta en diálogo con El Espectador Francesco Forgione, ex presidente de la Comisión Antimafia de Italia y autor del libro Mafia export.

Las capturas, según informaron las fuentes oficiales, golpearon por igual a las familias históricas de la Cosa Nostra en Nueva York: los  Gambino, Bonanno, Colombo, Genovese, Lucchese, Rizuto y De Cavalcante y a sus múltiples conexiones de menor rango. Fue un golpe quizá sólo comparable, aunque de mayor magnitud, con la operación ‘Old Bridge’, que en 2008 puso a disposición de las autoridades a 80 detenidos entre Italia y Estados Unidos, también pertenecientes a la mafia siciliana.

Forgione explica que la Cosa Nostra se encuentra en un proceso de reorganización criminal derivado de sus recientes golpes. Su estructura se ha desligado de a poco de los lazos familiares que la caracterizaban en un principio y los capturados “arrepentidos”, los colaboradores de la justicia que violan la conocida “Ley del silencio” han sido importantes para su debilitamiento.

“Ahora mismo —dice Forgione— la mafia calabresa, la ‘Ndrangheta, es la más peligrosa y poderosa organización mundial y la principal distribuidora de cocaína en el mundo. Es arcaica en sus dimensiones, en su relación con la sociedad, mucho más cerrada, y está estructurada sobre vínculos de sangre. Es difícil de perseguir, no es lo mismo que denuncies a un desconocido que a tu tío, tu papá o tu hermano”.

De otro lado, continúa Forgione, la Camorra, la mafia napolitana, también tiene presencia en Estados Unidos, pero en mercados paralelos como el de la piratería de ropa y tecnología, “gangsterismo” urbano en general.

“Esta operación envía el mensaje de que nuestra lucha contra la delincuencia organizada tradicional es fuerte y nuestro compromiso inquebrantable”, concluyó Eric Holder antes de despedirse.

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