Marcha que acompañó entierro de bailarín asesinado en Rio terminó dispersada con gases

 La manifestación que este jueves fue hasta el entierro del joven bailarín asesinado en una favela de Copacabana, la zona más turística de Rio de Janeiro, terminó dispersada con gases lacrimógenos tras un breve enfrentamiento con la policía.

Unas 100 personas salieron de la comunidad de Pavao Pavonzinho, cerca de la playa de Copacabana, donde la FIFA espera reunir a cientos de miles de personas para ver los juegos del Mundial-2014 en el llamado Fan Fest. Marcharon hasta el cementerio de Botafogo, a unos 5 kilómetros, donde fue enterrado Douglas Rafael da Silva Pereira, 25 años, o DG como lo llamaban en el barrio, muerto presuntamente a manos de la policía el martes de noche.

Al regresar, bajo la lluvia y trancando el tránsito, la policía usó gas pimienta y lanzó bombas de ruido y gas para dispersar a un grupo de manifestantes que respondieron con piedras. El tránsito fue caótico y los comercios cerraron sus rejas para evitar quedar atrapados como el martes pasado, cuando decenas de jóvenes fueron confrontados con disparos de armas de fuego y gases.

Un joven de 27 años murió en esa protesta. "¡Justicia!", ¡policía asesina!", "¡No habrá Copa!", gritaron los manifestantes durante el recorrido.

Al llegar al cementerio, entre lágrimas, la madre de la víctima, María de Fátima Silva, recibió la movilización y rechazó la fuerte custodia policial, con oficiales portando armas largas. "¿Mataron a mi hijo y vienen? Me dan asco, repulsión", lanzó la madre del bailarín. El cuerpo sin vida de DG fue hallado cerca de un centro preescolar de la favela. La policía dijo en un principio que habría muerto por "una caída" pero luego confirmó que fue por un disparo. El jueves, la Policía Civil descartó que el joven muriera por una bala perdida. "Es imposible", dijo el comisario Gilberto Ribeiro, citado por el diario O Estado.

Los familiares y vecinos de Pavao Pavonzinho no tienen duda de que fue la policía la que mató a DG. "La policía considera a la población como enemigos. Se ha convertido en una guerra urbana", dijo en el cementerio la madre de Douglas a la AFP.

Por ahora, los 10 oficiales que participaron esa noche de un operativo en la favela Pavao-Pavaozinho son investigados, afirmó el secretario de Seguridad de Rio, José Mariano Beltrame. - Fuera de peligro - La violencia en una de las zonas más ricas y turísticas de la ciudad despierta dudas sobre la capacidad de las autoridades de garantizar la seguridad de miles de personas que visitarán Rio durante la Copa del Mundo.

Desde Copacabana, además del Fan Fest, está previsto que periodistas de los cinco continentes hagan informes en directo sobre el mayor evento deportivo del planeta.Pero el secretario general de la FIFA Jerome Valcke, no se mostró preocupado por los recientes hechos de violencia. "Creemos que la violencia no va a llegar a la Copa del Mundo. Es un episodio trágico que causa tristeza, pero no lo suficiente para decir que la Copa está en peligro", dijo el número dos de la FIFA, citado por medios de prensa.

Amnistía Internacional exigió por su parte este jueves una investigación sobre las muertes del bailarín y del joven durante la protesta del martes. "Lamentablemente el índice de homicidios de jóvenes en favelas y periferias es alarmante. La policía brasileña está entre aquellas que más matan en el mundo, según datos de la ONU", indicó AI en una nota en la que destaca "10.134 muertes derivadas de intervenciones policiales".

Éste se suma a otros sonados casos que han afectado la imagen de la policía, que desde 2008 viene reconquistando barriadas de manos del narcotráfico. Uno de ellos fue el de Amarildo de Souza, un albañil que fue torturado hasta morir por la policía en la favela de Rocinha, también en la zona rica de Rio.

 La manifestación que este jueves fue hasta el entierro del joven bailarín asesinado en una favela de Copacabana, la zona más turística de Rio de Janeiro, terminó dispersada con gases lacrimógenos tras un breve enfrentamiento con la policía.

Unas 100 personas salieron de la comunidad de Pavao Pavonzinho, cerca de la playa de Copacabana, donde la FIFA espera reunir a cientos de miles de personas para ver los juegos del Mundial-2014 en el llamado Fan Fest. Marcharon hasta el cementerio de Botafogo, a unos 5 kilómetros, donde fue enterrado Douglas Rafael da Silva Pereira, 25 años, o DG como lo llamaban en el barrio, muerto presuntamente a manos de la policía el martes de noche.

Al regresar, bajo la lluvia y trancando el tránsito, la policía usó gas pimienta y lanzó bombas de ruido y gas para dispersar a un grupo de manifestantes que respondieron con piedras. El tránsito fue caótico y los comercios cerraron sus rejas para evitar quedar atrapados como el martes pasado, cuando decenas de jóvenes fueron confrontados con disparos de armas de fuego y gases.

Un joven de 27 años murió en esa protesta. "¡Justicia!", ¡policía asesina!", "¡No habrá Copa!", gritaron los manifestantes durante el recorrido.

Al llegar al cementerio, entre lágrimas, la madre de la víctima, María de Fátima Silva, recibió la movilización y rechazó la fuerte custodia policial, con oficiales portando armas largas. "¿Mataron a mi hijo y vienen? Me dan asco, repulsión", lanzó la madre del bailarín. El cuerpo sin vida de DG fue hallado cerca de un centro preescolar de la favela. La policía dijo en un principio que habría muerto por "una caída" pero luego confirmó que fue por un disparo. El jueves, la Policía Civil descartó que el joven muriera por una bala perdida. "Es imposible", dijo el comisario Gilberto Ribeiro, citado por el diario O Estado.

Los familiares y vecinos de Pavao Pavonzinho no tienen duda de que fue la policía la que mató a DG. "La policía considera a la población como enemigos. Se ha convertido en una guerra urbana", dijo en el cementerio la madre de Douglas a la AFP.

Por ahora, los 10 oficiales que participaron esa noche de un operativo en la favela Pavao-Pavaozinho son investigados, afirmó el secretario de Seguridad de Rio, José Mariano Beltrame. - Fuera de peligro - La violencia en una de las zonas más ricas y turísticas de la ciudad despierta dudas sobre la capacidad de las autoridades de garantizar la seguridad de miles de personas que visitarán Rio durante la Copa del Mundo.

Desde Copacabana, además del Fan Fest, está previsto que periodistas de los cinco continentes hagan informes en directo sobre el mayor evento deportivo del planeta.Pero el secretario general de la FIFA Jerome Valcke, no se mostró preocupado por los recientes hechos de violencia. "Creemos que la violencia no va a llegar a la Copa del Mundo. Es un episodio trágico que causa tristeza, pero no lo suficiente para decir que la Copa está en peligro", dijo el número dos de la FIFA, citado por medios de prensa.

Amnistía Internacional exigió por su parte este jueves una investigación sobre las muertes del bailarín y del joven durante la protesta del martes. "Lamentablemente el índice de homicidios de jóvenes en favelas y periferias es alarmante. La policía brasileña está entre aquellas que más matan en el mundo, según datos de la ONU", indicó AI en una nota en la que destaca "10.134 muertes derivadas de intervenciones policiales".

Éste se suma a otros sonados casos que han afectado la imagen de la policía, que desde 2008 viene reconquistando barriadas de manos del narcotráfico. Uno de ellos fue el de Amarildo de Souza, un albañil que fue torturado hasta morir por la policía en la favela de Rocinha, también en la zona rica de Rio.