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El monumento está situado al final del parque berlinés de Tiergarten — al otro lado de la carretera que jalona el monumento a los 6 millones de judíos que perecieron en el Holocausto.
La placa única de granito es similar a las más pequeñas que integran ese monumento, pero contiene una ventanilla que permite a los visitantes ver a dos hombres besándose.
“Este monumento es importante por dos razones — para conmemorar a las víctimas, pero también para dejar en claro que incluso hoy, tras haber logrado tanto en términos de igualdad, sigue existiendo la discriminación”, dijo el alcalde berlinés Klaus Wowereit.
Wowereit, que es abiertamente gay, inauguró el monumento junto con el ministro alemán de Cultura, Bernd Neumann. El gobierno federal financió los 600 mil euros (945.660 dólares) para la construcción del edificio tras aprobar el parlamento alemán la erección del monumento en diciembre del 2003.
La Alemania nazi declaró la homosexualidad una aberración que amenazaba la pureza de la raza aria, y condenó a unos 50 mil homosexuales como si fueran delincuentes. Unos diez mil a quince mil gays fueron deportados a los campos de concentración, donde pocos sobrevivieron.
“Estamos anonadados ante la brutalidad con la que los nazis trataron, persiguieron y destruyeron a todos aquellos que no colmaban su ideología inhumana”, dijo Neumann.