Moreno y Lasso, irían a segunda vuelta presidencial en Ecuador

El exvicepresidente Lenín Moreno estuvo muy cerca de ser elegido presidente de Ecuador en primera vuelta. Pero ni obtuvo el 50% de los votos ni le sacó a su rival, el empresario Guillermo Lasso, una diferencia suficiente para ser elegido presidente, en reemplazo de Rafael Correa. Ahora Moreno y Lasso se enfrentarán en segunda vuelta el próximo 2 de abril, una segunda vuelta en la que no sólo se definirá el futuro de Ecuador sino también el de la izquierda ecuatoriana e, incluso, el de la izquierda latinoamericana. 

El oficialismo quedó con los crespos hechos. Antes de que el Consejo Nacional Electoral empezara a dar resultados, Alianza País y el mismo presidente Rafael Correa ya daban por ganador en primera vuelta a Moreno, con base en algunas encuestas que le daban un 42% a Moreno y un 27% a Lasso. Pero el resultado no fue el esperado para el oficialismo. Y es que, aunque Moreno salió victorioso, estos resultados le dan un aire a la derecha ecuatoriana que se presentó fragmentada a estas elecciones.

Pero ya la diputada Cynthia Viteri, quien quedó tercera en las elecciones, anunció que apoyará a Lasso. Y si otros candidatos de la derecha se unen, es posible que surja una coalición que saque del poder a la izquierda. Mejor dicho: el correísmo corre el riesgo de perder el poder después de 10 años justo en un momento de crisis para el oficialismo debido a la desaceleración de la economía ecuatoriana. Aunque durante años Correa mantuvo a su país con un buen desempeño económico, desde el año pasado Ecuador ha entrado en recesión.

Se augura que su Producto Interno Bruto crecerá muy poco, entre otras, por la caída de los precios del petróleo. Aunque el oficialismo niega que haya una crisis. Una posible derrota de la izquierda, además, sería un golpe de muerte para la izquierda latinoamericana tras un 2016 para el olvido: con un juicio político en Brasil contra la hoy expresidenta Dilma Roussef; con los bolivianos diciéndole No a una posible reeleción de Evo Morales; con el gobierno venezolano en una crisis constante, y con la izquierda argentina investigada. 

El exvicepresidente Lenín Moreno estuvo muy cerca de ser elegido presidente de Ecuador en primera vuelta. Pero ni obtuvo el 50% de los votos ni le sacó a su rival, el empresario Guillermo Lasso, una diferencia suficiente para ser elegido presidente, en reemplazo de Rafael Correa. Ahora Moreno y Lasso se enfrentarán en segunda vuelta el próximo 2 de abril, una segunda vuelta en la que no sólo se definirá el futuro de Ecuador sino también el de la izquierda ecuatoriana e, incluso, el de la izquierda latinoamericana. 

El oficialismo quedó con los crespos hechos. Antes de que el Consejo Nacional Electoral empezara a dar resultados, Alianza País y el mismo presidente Rafael Correa ya daban por ganador en primera vuelta a Moreno, con base en algunas encuestas que le daban un 42% a Moreno y un 27% a Lasso. Pero el resultado no fue el esperado para el oficialismo. Y es que, aunque Moreno salió victorioso, estos resultados le dan un aire a la derecha ecuatoriana que se presentó fragmentada a estas elecciones.

Pero ya la diputada Cynthia Viteri, quien quedó tercera en las elecciones, anunció que apoyará a Lasso. Y si otros candidatos de la derecha se unen, es posible que surja una coalición que saque del poder a la izquierda. Mejor dicho: el correísmo corre el riesgo de perder el poder después de 10 años justo en un momento de crisis para el oficialismo debido a la desaceleración de la economía ecuatoriana. Aunque durante años Correa mantuvo a su país con un buen desempeño económico, desde el año pasado Ecuador ha entrado en recesión.

Se augura que su Producto Interno Bruto crecerá muy poco, entre otras, por la caída de los precios del petróleo. Aunque el oficialismo niega que haya una crisis. Una posible derrota de la izquierda, además, sería un golpe de muerte para la izquierda latinoamericana tras un 2016 para el olvido: con un juicio político en Brasil contra la hoy expresidenta Dilma Roussef; con los bolivianos diciéndole No a una posible reeleción de Evo Morales; con el gobierno venezolano en una crisis constante, y con la izquierda argentina investigada.