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Mubarak saca los tanques a la calle

El presidente de Egipto decretó el toque de queda, bloqueó internet y los celulares. La protesta sigue creciendo.

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Nuria Tesón/Especial de El País, El Cairo
28 de enero de 2011 - 10:15 p. m.
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Los enfrentamientos entre policías y manifestantes en Egipto se convirtieron ayer en los más graves que han vivido los países árabes tras la revolución tunecina. Las revueltas ocurrieron en las principales ciudades del país y el gobierno se vio obligado a decretar el toque de queda entre las seis de la tarde y las siete de la mañana en El Cairo, Alejandría y Suez.

De poco sirvió la prohibición de permanecer en la calle. En la noche, miles de manifestantes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad e incendiaron varios edificios gubernamentales. El más significativo fue el de la sede del Partido Nacional Democrático, la formación oficial del régimen. Aunque, por el valor de su contenido, había preocupación por la suerte del Museo Egipcio.

La situación es tan grave que el gobierno recurrió al ejército para ayudar a la policía a reprimir las protestas, pero su participación tampoco ha servido. Según mostró la agencia Reuters, grupos de personas se subieron en los carros militares desplegados en Suez, mientras los soldados trataban de hacerlos retroceder.

En El Cairo, los manifestantes ubicados en las inmediaciones del palacio presidencial llegaron a la plaza Tahrir. Los agentes de policía intentaron desviar a otros grupos de manifestantes a Garden City, un barrio concebido por los británicos durante la colonización para evitar las protestas, debido a su forma laberíntica. Pero sus esfuerzos fueron en vano. Los uniformados desplegados en la céntrica plaza Tahrir, epicentro de la protesta, debieron retirarse después del toque de queda.

Las protestas de ayer tienen un significado muy importante, ya que por vez primera iban a participar los Hermanos Musulmanes, la gran fuerza islamista de Egipto, y Mohamed El Baradei, quien fue puesto en arresto domiciliario. Los jóvenes egipcios y los organizadores de las marchas que desde el martes se llevan a cabo por todo el país emplearon masivamente Facebook y Twitter para coordinarse. Ahora ya no lo podrán hacer. En un intento por hacer fracasar las protestas, el régimen egipcio de Hosni Mubarak ordenó bloquear el acceso a internet de todo el país, además de los teléfonos celulares.

El bloqueo de las comunicaciones no es la única medida del régimen. También está la contaminación de las informaciones. En la televisión estatal se ha reconocido que los manifestantes “han tomado las calles”, aunque según una curiosa interpretación lo han hecho “para expresar su apoyo a Mubarak”. Coherentemente con esas informaciones, los reporteros de la televisión estatal han señalado que “no se ha producido ningún enfrentamiento” ni ningún “acto de violencia por parte de las fuerzas de seguridad”.

Numerosas miradas en el mundo árabe están siguiendo todo lo que pasa en Egipto, que vive las protestas más multitudinarias vistas en los últimos 30 años. La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, instó al gobierno egipcio a contener a las fuerzas de seguridad, a permitir las protestas y a revertir “los pasos sin precedentes” que ha dado para bloquear las comunicaciones. En el mismo sentido se pronunció la canciller alemana, Ángela Merkel, quien le pidió a Mubarak permitir las manifestaciones de manera pacífica. “Estamos profundamente preocupados por la situación en Egipto”, concluyó Hillary Clinton.

Jordania también protesta

Respondían así al llamado de la Cofradía de los Hermanos Musulmanes y de su rama política, el Frente de Acción Islámica (FAI), miles de jordanos salieron a las calles para pedir la marcha del primer ministro, Samir Rifai, y protestar por la subida del precio de los alimentos, la inflación y el desempleo.

Además, durante la jornada, los participantes le pedían a gritos  al rey Abdalá II cambiar el gobierno de Rifai. También le solicitaban la disolución de la Cámara Baja del Parlamento.

En Amán cerca de 3.500 personas se congregaron; el centro de las manifestaciones fue la zona central de la Gran Mezquita de Hussein. Asimismo, según información extraoficial, se calcula que otras 2.000 personas salieron en las ciudades Irbid, Zarqa, Ajlún, Al Mafraq y Aqaba.

Marruecos se protege del contagio

De momento, Marruecos es quizás el país más estable del norte de África. Sin embargo, teniendo en cuenta las turbulencias sociales que están teniendo los países vecinos, por intermedio del ministro de Comunicaciones, Jalid Naciri, el gobierno marroquí anunció una serie de medidas para salirle al paso a una posible explosión social como la que ocurrió en Túnez o Egipto. En ese sentido, Naciri anunció que Marruecos garantizará la estabilidad de los precios de los productos básicos —como la harina, el azúcar, el gas butano o la gasolina— y afirmó que éstos seguirán siendo subvencionados por la Caja de Compensación. “Vamos a hacer todo lo necesario para preservar el poder adquisitivo de los ciudadanos”, aseguró el funcionario.

Por Nuria Tesón/Especial de El País, El Cairo

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