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Obama, ¿jugando con fuego?

A pesar de las advertencias de los republicanos de paralizar la aprobación del presupuesto para 2015, la Casa Blanca autorizaría por decreto una serie de medidas que beneficiarían a cinco millones de indocumentados.

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Redacción Internacional
15 de noviembre de 2014 - 01:02 a. m.
Centenares de familias latinas marchan frente a la Casa Blanca en Washington para exigirle al presidente una medida que alivie las deportaciones.  / AFP
Centenares de familias latinas marchan frente a la Casa Blanca en Washington para exigirle al presidente una medida que alivie las deportaciones. / AFP
Foto: EFE - LENIN NOLLY
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El presidente Barack Obama, bautizado por la comunidad inmigrante de Estados Unidos como el “deportador en jefe” (durante su mandato ha regresado a sus países de origen a más de 2 millones de personas, una cifra récord), parece haber comenzado una transformación sin precedentes que marcará los dos años que le quedan de gobierno. Así lo dijeron fuentes de la Casa Blanca al periódico The New York Times, que asegura que el mandatario se la va a jugar toda por las órdenes ejecutivas. Obama sacaría adelante a punta de decretos todos los proyectos que el Congreso le bloqueó.

El primero y, quizás el más importante por las consecuencias que tendría en las elecciones presidenciales de 2016, sería el de aliviar las deportaciones de ilegales. El mandatario, que está de gira por Asia y regresa mañana a Washington, dijo desde Rangún, la antigua capital de Birmania (Myanmar), que usará sus poderes ejecutivos para reformar, antes de fin de año, las políticas de inmigración, lo que puede impedir la deportación de cinco millones de indocumentados.

“Esto va a ocurrir antes del fin de año”, aseveró Obama. “Estados Unidos es un país de inmigrantes y el sistema está roto y necesita actualizarse para afrontar los problemas actuales. Dije que si el Congreso no actuaba, yo usaría todo la autoridad que poseo por ley para tratar de mejorar el sistema”. Y agregó: “Estoy dispuesto a firmar una ley de inmigración cuando el Congreso la presente”.

Sin embargo, el Times reveló que las órdenes ejecutivas ya están listas y serán anunciadas la próxima semana, teniendo en cuenta que los republicanos (que hoy dominan las mayorías tanto en Cámara de Representantes como en Senado) seguirían bloqueando la reforma migratoria. Aunque aún no se conoce el alcance de sus decretos, The New York Times afirma que podrían beneficiar a cinco de los más de 11 millones de indocumentados que hay en el país.

De confirmarse la cifra, estaría por debajo de los siete u ocho millones de indocumentados que activistas y legisladores como Raúl Grijalva y Keith Ellison, copresidentes del caucus (grupo) progresista del Congreso, aseguran que Obama podría proteger de la deportación.

De acuerdo con las fuentes anónimas citadas por el diario, los padres de niños estadounidenses o cuyos hijos ya tengan un permiso de residencia podrían acceder, por un tiempo determinado, a papeles que les permitirían trabajar legalmente en el país. Eso impediría su deportación inmediata. El número exacto de clandestinos que podrían resultar beneficiados dependerá de los criterios fijados por Obama, como por ejemplo el número de años de presencia en el país. De acuerdo con el Migration Policy Institute, en Estados Unidos viven unos 11,7 millones de irregulares.

Ante el inminente anuncio migratorio del presidente, un grupo de republicanos liderado por los senadores Ted Cruz, Mike Lee y Jeff Sessions (Tea Party) amenazaron con bloquear la aprobación de fondos para financiar el funcionamiento del Gobierno y la “amnistía ilegal” que, según ellos, Obama pretende llevar a cabo.

Los republicanos están en pie de guerra con el anuncio. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, le pidió al presidente que espere, que anuncie sus medidas sobre inmigración cuando el Congreso apruebe, antes del próximo 11 de diciembre, el paquete de gasto que financiaría al Gobierno en 2015.

“El presidente ha dicho que va a tomar medidas ejecutivas. La cuestión es cuándo. Eso es su decisión. Pero a mí me gustaría que las finanzas del país estuvieran resueltas antes de que lo haga”, dijo Reid. Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, reiteró que Obama está “jugando con fuego” y que cualquier acción unilateral que adopte eliminará la posibilidad de aprobar una reforma migratoria en el Congreso, además de “poner en peligro” el consenso bipartidista en otros asuntos.

El diario Politico aseguró que Boehner le reveló parte de la conversación que tuvo con Obama hace ocho días, en la cual le insistió que evitara recurrir a estas medidas. “La semana pasada se lo dije al presidente a la cara: ‘Si usted procede y ordena por decreto una amnistía, no sólo puede irse despidiendo de lograr una reforma migratoria durante su presidencia, también pondrá en juego otros temas’”, reveló Boehner.

Entre esos “otros temas” que podrían verse afectados figuran desde las negociaciones presupuestarias hasta la confirmación de puestos claves del gabinete de Obama, como el nombramiento de Loretta Lynch como próxima fiscal general del país.

Pero la historia habla por sí sola. En junio de 2013, el Senado estadounidense aprobó con 68 votos a favor y 32 en contra la reforma migratoria impulsada por Obama, la cual propone una vía a la legalización de inmigrantes no autorizados combinada con un millonario refuerzo de la seguridad fronteriza. Sin embargo, el proyecto, considerado como punto central de la presidencia de Obama, fue congelado por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana. ¿Se la jugará Obama?

Por Redacción Internacional

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