La RDC sufre dos conflictos paralelos, uno en Kivu Norte (oeste de Congo), con la actuación del grupo armado ruandés Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR); y el segundo en el noreste del país, donde operan los rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), responsable de sangrientos ataques contra poblaciones civiles en los últimos dos meses.
Según Médicos sin Fronteras, los soldados de la ONU "no están haciendo nada para proteger a los civiles" en el segundo escenario de conflicto.
Doss, quien además de jefe de los "cascos azules" es representante especial de la ONU para la RDC, explicó que las fuerzas internacionales están menos implicadas en el noreste del país "porque la situación en Kivu -donde la guerra lleva ya quince años- es prioritaria por mandato del Consejo de Seguridad".
Recordó que, pese a ser la más importante del mundo, su misión de paz cuenta con medios "muy limitados" en vista de la extensión del territorio congolés.
Subrayó que únicamente Kivu "es más grande que California, pero sin rutas ni infraestructura de ningún tipo" y que apenas hay 10 cascos azules por cada 10.000 habitantes, mientras que se estima que hay entre 40.000 y 50.000 elementos armados, incluido el Ejército.
A modo de comparación, recordó que en el periodo de la Guerra de los Balcanes, la OTAN contaba con 40.000 soldados en Kosovo, "un territorio 200 veces menor a la RDC", donde hay 17.000 efectivos de Naciones Unidas.
Pese a las dificultades y a las recursos humanos limitados, Doss aseguró que hay razones "para ser más optimista que hace un año", principalmente ante la reciente colaboración que han entablado los gobiernos congoleño y ruandés.
Sostuvo que la situación en Kivu Norte ahora es "relativamente calma", con "menos grupos armados en las rutas, lo que significa que son más seguras que hace cuatro o cinco semanas y que hay un mayor acceso de la ayuda".
Agregó que por el momento no hay grandes desplazamientos de población, aunque la preocupación persistente es "evitar los ataques contra civiles".
No obstante, recalcó que se debe "mantener la prudencia y no renunciar a reforzar a los cascos azules en Congo", para lo cual Naciones Unidas ha pedido a los países que aporten efectivos, aunque hasta ahora solo un país (Bangladesh) de los 65 contactados ha ofrecido un contingente. El objetivo es aumentar en 3.000 el número de soldados y fuerza policial de la ONU en Congo.
Doss se mostró confiado en que la coalición que han formado los ejércitos de Congo y Ruanda para enfrentar al FDLR "porte sus frutos" y consideró que sus operaciones conjuntos "son una buena prueba de colaboración que, hasta ahora, ha avanzado bastante bien".
No obstante, reconoció que "debemos mantenernos vigilantes y actuar sin complacencia", tras recordar las dos guerras que han tenido lugar en el oriente del Congo y en las que hubo intervención de Ruanda.
"No hay que olvidar la historia, pero sí superarla", opinó.
Por El Espectador
