La aparición de una pareja de lesbianas en el más reciente comercial de VkusVill, una importante cadena de supermercados en Rusia, desencadenó una tormenta homofóbica contra las mujeres que salieron en el anuncio y sus familias.
Tras recibir varias amenazas de muerte y hostigamiento en redes sociales, la pareja conformada por Alina y Ksyusha junto con Yuma y Mila, madre y hermana de la primera, se vio obligada a huir a España.
“Desafortunadamente, debido a la complicada situación con VkusVill, nos hemos quedado sin trabajo y casa. En este momento, mi familia y yo necesitamos instalarnos en Barcelona. Es un momento difícil para nosotras y necesitamos amigos”, escribió Mila en sus redes sociales.
¿Por qué causó tanto revuelo el anuncio?
El comercial de VkusVill era parte de la campaña “Recetas para la felicidad familiar”, la cual quería mostrar a clientes de los supermercados hablando de sus productos favoritos de las tiendas. La cadena pensó en incluir a una familia con una pareja del mismo sexo como parte de su compromiso para proteger a los jóvenes LGBTQ+. Sin embargo, esta demostración causó incomodidad entre la sociedad conservadora rusa.
En Rusia, la diversidad sexual ha sido un tabú durante mucho tiempo y la homofobia ha persistido durante décadas. Una encuesta de 2013 señaló que el 16 % de la población consideraba que los homosexuales debían ser aislados, mientras que un 22 % creía que debían ser forzados a una “terapia de reorientación sexual” y el 5 % opinaba que debían ser “liquidados”.
Le puede interesar: La historia de la pareja gay rusa que intentó suicidarse como Romeo y Julieta
Con Vladimir Putin, la Rusia conservadora ha encontrado un aliado en el Kremlin para condenar con fuerza las “relaciones sexuales no tradicionales”. En esta nueva ola de conservadurismo se crearon leyes contra la homosexualidad, destacando una promulgada en 2013 que prohíbe la “difusión de propaganda homosexual”. Quienes incumplan con la ley enfrentan multas millonarias y cierres forzosos de hasta 90 días.
Debido a esta ley, precisamente, el comercial de VkusVill ya se veía obstaculizado desde un principio, por lo que debió emitir una recomendación antes de su aparición en la que le informaba a los televidentes que este era para “mayores de 18 años”.
“No presentar a las familias de nuestros clientes reales sería hipócrita. Le recomendamos que sopese todos los pros y los contras antes de verlo. La familia son lazos de sangre o un sello en un pasaporte. Reconsideremos esto. En el siglo XXI, son principalmente las personas que nos aman, las que siempre nos protegerán, las personas con las que vivimos juntos la vida”, dijo la cadena antes del escándalo.
Cuando el comercial se publicó, los sectores conservadores estallaron en cólera recriminando a la cadena de supermercados. VkusVill debió retirar de inmediato el anuncio, presentar uno nuevo con parejas heterosexuales y pedir disculpas públicas por “herir los sentimientos de clientes y empleados”. Sin embargo, el asunto no quedó ahí. Las mujeres que aparecieron en el anuncio fueron hostigadas y recibieron múltiples amenazas de muerte.
“Me sorprendieron los comentarios a Alina, donde algunas personas escribieron que querían violarla, matarla y apuñalar a un niño que estaba sentado y sonriendo en la fotografía”, dijo Yuma, quien agradeció a la cadena por considerar su participación y agregó que lo más importante es “el cuidado y la aceptación”.
A la cadena de supermercados tampoco le deparó un buen final tras el retiro del comercial. Quienes se mostraron complacidos por la aparición de la pareja homosexual en el anuncio se mostraron defraudados tras el retiro de este. “Cobardes”, les escribieron en sus redes sociales. Por otro lado, sustituir el controvertido anuncio con uno protagonizado por una pareja heterosexual no sirvió para satisfacer a la audiencia conservadora.
Le recomendamos: Los países que condenan a muerte a miembros de la comunidad LGBT+
“La audiencia de tradicionalistas como yo se ha perdido, y ahora la misma audiencia con la que han estado coqueteando se ha decepcionado”, dijo Margarita Simonyan, editora del medio oficialista ruso RT.
