
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La ambición de China por dominar el sector de las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones en occidente se ha chocado con las reticencias de los países de la región, cada vez más preocupados ante un posible dominio de ese país en las infraestructuras vitales para la seguridad de los estados. El pasado 30 de noviembre, la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, fue detenida en Canadá a pedido de Estados Unidos por presuntamente tener negocios con Irán pese a las sanciones impuestas por Washington. Aunque fue liberada este martes, su detención planteó la idea de que los gobiernos occidentales buscan bloquear la entrada de China al mercado local.
Los medios chinos sospechan que el arresto de Wanzhou fue el último intento de la administración Trump para cortarle las alas a un grupo tecnológico chino. Antes de este caso, la detención de Meng Wanzhou el 30 de noviembre, Huawei ya se encontraba en el punto de mira de varios países occidentales, como Estados Unidos o Nueva Zelanda, que prohibieron el acceso del número dos del mundo de los smartphones a sus infraestructuras de internet. Lea también: Juez de Canadá otorga libertad bajo fianza a ejecutiva de Huawei
"La amenaza es grave. Si Huawei pierde su acceso a los lucrativos mercados occidentales, estará en peligro su capacidad de crecimiento y de financiar sus investigaciones en investigación y desarrollo", advirtió Paul Triolo, experto del sector tecnológico del gabinete Eurasia Group.
Con la disputa con Huawei, está en juego el desarrollo y dominio de la quinta generación de tecnologías móviles, el 5G, considerada como el eje central de la transición digital de la economía, desde los vehículos autónomos a la inteligencia artificial. Pekín tiene el objetivo de convertirse en la principal potencia mundial a nivel tecnológico, con su plan "Fabricado en China 2025". Puede leer: China denuncia trato inhumano contra directora de Huawei
No obstante, Washington teme que, si China se hace con el control del 5G, esto afecte a sus comunicaciones militares. La administración Trump ve en Huawei un caballo de Troya 2.0, dado que el fundador del grupo, Ren Zhengfei, es un antiguo oficial del ejército chino.
"Es como si la persona que construye vuestra casa decidiera robarla", ironiza James Lewis, especialista tecnológico del Centro de estudios estratégicos e internacionales en Washington sobre la amenaza percibida por la administración estadounidense. "Conocen los planes, la red eléctrica, los accesos e incluso han conseguido una llave, añade.
El mayor peligro para China sería que Estados Unidos, que estuvo detrás de la detención de Meng, prohibiera a empresas estadounidenses como Intel o Qualcomm vender a Huawei chips u otros bienes de equipo de los que depende completamente.
"Sería una catástrofe para las ambiciones tecnológicas chinas, esto a amenazaría a la misma empresa (Huawei), sus proveedores y el futuro del sector", reconoce Triolo.
Washington ya siguió esta misma estrategia con ZTE, otro gigante chino que estuvo a punto de quebrar después de que bloquearan sus compras en Estados Unidos, antes de tener que pagar una multa de 1.000 millones de dólares por haber violado un embargo contra Irán --la misma acusación por la que detuvieron a Meng. Le recomendamos: Lo que hay detrás del caso Huawei
Un embargo estadounidense en la venta de chips electrónicos representaría un contratiempo "enorme" para Huawei, "con peores efectos que para ZTE", reconoce Shi Yinhong, especialista de las relaciones sinoestadounidenses en la Universidad Popular de Pekín. "Si Huawei queda afectada, China perderá su ventaja en el 5G", añade.
La diplomacia china calificó el lunes de "ridículas" las sospechas de Estados Unidos. "No disponen de la mínima prueba de que Huawei perjudica a la seguridad nacional", declaró el portavoz Lu Kang.
Sin embargo, otros consideran que las reticencias estadounidenses están relacionadas con el nacionalismo del presidente chino, Xi Jinping, que proclamó su ambición de transformar su país en una potencia tecnológica y de hacer votar en 2015 una ley que obligue a las empresas a colaborar con el estado en materia de seguridad nacional.
"Una de las principales críticas en China respecto a Xi es: ¿No accedió al poder demasiado deprisa y llevó demasiado lejos la potencia china?", explica el sinólogo Christopher Balding, de la Universidad Fulbright en Ciudad Ho Chi Minh.
"Se comportó prácticamente como un dirigente totalitario y actuó de la misma forma en la escena internacional, y a la gente esto no le gusta", añade.
¿Respuesta china?
Al mismo tiempo que Meng Wanzhou era liberada, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, confirmó el arresto de un exdiplomático canadiense en China. El mandatario afirmó que su gobierno se toma "muy en serio" la situación tras el momento de tensión que viven las relaciones entre ambos países.
"Estamos al tanto de la situación de un canadiense detenido en China. Hemos estado en contacto directo con los chinos", dijo Trudeau al responder a preguntas de periodistas tras informaciones de una ONG que daban cuenta de la detención de Michael Kovrig, un experto canadiense del noreste asiático que fue diplomático en Pekín, Hong Kong y ante las Naciones Unidas.
"Estamos comprometidos con este caso que tomamos muy en serio y, evidentemente, estamos proporcionando asistencia consular a la familia", declaró Trudeau.
La ONG en la que trabajó Kovrig, International Crisis Group (ICG), había afirmado anteriormente estar al corriente de informaciones sobre su detención.
"Hacemos lo posible para obtener informaciones sobre la suerte de Michael y conseguir su liberación rápida en toda seguridad", declaró esta organización de prevención de conflictos en un comunicado.
Por su parte, el ministro canadiense de Seguridad Pública, Ralph Goodale, dijo estar "muy preocupado" por el arresto, indicando que por el momento no se había podido establecer ningún vínculo directo entre ambos asuntos.
Las autoridades chinas no hicieron comentarios sobre la detención. Sin embargo, la noticia llega poco tiempo después de que el ministro de exteriores chino, Wang Yi, advirtiera que China "no se quedará con los brazos cruzados" si sus ciudadanos son "maltratados" en el extranjero.