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El jefe de la diplomacia estadounidense Mike Pompeo viajó a Corea del Norte en una nueva intensificación de los preparativos de la muy esperada cumbre entre Kim Jong Un y Donald Trump. Durante su discurso en la tarde del martes sobre el acuerdo nuclear con Irán, Trump anunció que su secretario de Estado iba de camino a Corea del Norte. Además de planificar la cumbre, que se celebrará este mes o en junio, Pompeo tiene en su agenda el tema de tres estadounidenses detenidos en el país.
En el avión camino a Corea del Norte, Pompeo declaró a periodistas que no estaba seguro de poder reunirse con el líder norcoreano. "Estamos preparados para reunirnos con cualquiera que pueda expresarse en nombre del gobierno" de Pyongyang, dijo. Pompeo, que se reunió con Kim el mes pasado en Pyongyang cuando todavía era director de la CIA llegó a Corea del Norte y está en el Hotel Koryo de Pyongyang para asistir a las reuniones previstas.
Trump dijo la semana pasada que no planeaba retirar tropas de Corea del Sur por el momento, pero admitió que era una posibilidad a largo plazo. En su conversación telefónica del martes, Xi dijo a Trump que "espera que Estados Unidos y Corea del Norte puedan trabajar juntos, construir confianza mutua" y que "considere las razonables preocupaciones de seguridad de Corea del Norte", indicó un informe del canal estatal chino CCTV.
Hora antes de la llegada de Pompeo a territorio asiático, el líder norcoreano tuvo un encuentro con el presidente chino, Xi Jinping. En la reunión, el líder norcoreano reiteró su compromiso de desnuclearizar la península coreana, y el presidente chino pidió luego a Trump que considerase las preocupaciones de seguridad de Corea del Norte. Pekín no quiere quedar fuera de la actividad diplomática que allanó el camino hacia la cumbre entre Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae In, en abril, y el esperado encuentro con Trump.
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Pero este segundo viaje de Kim en tan poco tiempo, cuando nunca había dejado Corea del Norte desde que llegó al poder en 2011, muestra que Pekín sigue teniendo un papel central en los asuntos de la península. "Después de mi primera reunión con el camarada presidente (Kim), las relaciones entre China y la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) han registrado avances positivos (...) Estoy feliz por eso", declaró Xi, según la agencia oficial china, Xinhua.
La parte estadounidense señaló que Xi y Trump convinieron mantener la presión económica sobre Corea del Norte "hasta que desmantele permanentemente su programa nuclear y misilístico", dijo la Casa Blanca en un comunicado. La guerra de Corea, en la que China apoyó al Norte, terminó en 1953 con un armisticio pero sin tratado de paz. China quiere participar en la negociación de un tratado de paz, para evitar que Pyongyang selle un tratado con Washington que no sea de su interés, según expertos.
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