Una de las tantas promesas de Donald Trump fue acabar con la corrupción. No la cumplió. El presidente dirigió el dinero de los ciudadanos a sus propios negocios, usó su poder para intercambiar favores con otros países y despidió a los encargados de vigilar lo que hacía. Con más de 3.200 casos de conflictos de interés registrados, Trump es considerado como uno de los mandatarios más corruptos de la historia.