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Miles de ancianos venezolanos se vieron obligados este lunes a hacer filas de más de cinco horas para cobrar una parte de su pensión en efectivo, que pese a la salida en circulación de los nuevos billetes todavía es escaso. Debido al proceso de reconversión monetaria que le quitó cinco ceros a la moneda y tras el abrupto aumento del monto de las pensiones, el presidente Nicolás Maduro anunció que este mes el pago se haría de forma fraccionada.
"No se burle de nosotros los viejitos, ni nos humille", dijo Franklin Martínez, un profesor universitario jubilado de 77 años, que hacía cola en Caracas, dirigiéndose al presidente Nicolás Maduro. Tras acudir en la madrugada a las puertas de los bancos en Caracas y otras ciudades venezolanas, los pensionados recibieron apenas 90 bolívares, poco más del precio de una lata de atún pequeña. El monto equivale a 1,5 dólares a la tasa de cambio oficial.
Maduro dijo a finales de agosto que, desde este 1 de septiembre, los pensionistas comenzarían a cobrar el 25 % del nuevo monto de las pensiones, es decir, 450 bolívares soberanos (7 dólares según la tasa oficial). En el primer día del mes, el gobierno depositó una cuarta parte de los 1.800 bolívares (28 dólares) de la pensión en las cuentas bancarias, una nueva entrega se hará efectiva este viernes 7, y la otra mitad será entregada el 14 del mismo mes. La medida se tomó como parte del paquete de contención a la crisis económica que vive el país.
"Da dolor (...) Están dando, como si fuese una limosna, 90 bolívares", se quejó Emilio Lozada, presidente de la Federación de Jubilados y Pensionados, en una entrevista radial. María Caraballo, de 68 años, también manifestó su disgusto: "Es una burla. No alcanza para nada", dijo.
"Me siento decepcionada porque el presidente Nicolás Maduro (...) lo dijo, que hoy era el día del pago y el 7 y después el 14", dijo a Efe María Oliveros, de 62 años, una de las participantes en una protesta en el centro de Caracas.
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Los pensionados pedían cobrar sus pensiones en efectivo porque aseguran que los precios de los productos son más altos si se pagan por transferencia o con tarjeta de débito. Esta es la segunda protesta que los jubilados venezolanos protagonizan esta semana, pues el pasado miércoles se manifestaron para rechazar que se le exigiera el llamado "Carné de la Patria" - un instrumento por el que el oficialismo otorga ayudas sociales- para cobrar sus pensiones, luego también de un anuncio de Maduro.
Pese a esto, algunos ancianos aseguraron que desconocían la información de que las pensiones serían pagadas en efectivo a partir del lunes, mientras manifestaban que desean cobrar hoy y de forma completa, porque no tienen "ni para pagar el pasaje" del transporte público. "Hay gente que viene de Charallave, de Guarenas, de Guatire, de Barlovento (a las afueras de Caracas) ¿y que le hagan esa burla a uno? no, eso no es justo. Maduro, él tiene comida en su casa en cantidad, nosotros sí tenemos que pasar hambre", afirmó una de las ciudadanas afectadas.
El otro problema radica en que muchos de los adultos mayores alegan no saber usar los cajeros electrónicos que por estos días dispensan un máximo de 10 bolívares soberanos (0,16 dólares), que sirven para comprar un pan. Las protestas, en las que los jubilados corearon consignas como "basta ya de engaños, queremos la pensión" y letreros en los que se podía leer "hay hambre", se extendieron hasta pasado el mediodía y culminaron en algunos lugares, como el centro de Caracas, tras discusiones y forcejeos con funcionarios policiales.
"¡Cinco horas de cola!", lamentó este lunes Martínez ante la AFP, destacando la necesidad del efectivo para hacer rendir el dinero. Aunque el pasado 20 de agosto salieron a la calle nuevos billetes que restaron cinco ceros al bolívar, el papel moneda escasea en el país petrolero porque su impresión quedó rezagada frente a la hiperinflación. Por esta causa, los productos básicos cuestan hasta tres veces menos si se pagan en efectivo. Los billetes, mientras, se venden en el mercado negro por un precio de hasta el triple de su valor nominal. Lea también: Los jubilados que se van de Venezuela
Entre tanto, Efe pudo constatar que en Caracas los pensionistas aguardaron frente a las puertas de las entidades bancarias hasta por dos horas antes del inicio de operaciones comerciales, una práctica que suele ser común en el país. La jubilada Maritza Álvarez aseguró que el esquema de cobro "es una burla", al tiempo que exigió el pago completo de su primera fracción de 450 bolívares o 7,5 dólares.
En el mismo banco la pensionista María Roa, de 70 años, que viajó desde la ciudad satélite de Guatire -a unos 30 kilómetros de Caracas- para hacer su cobro, indicó a Efe que el dinero que recibió hoy no le alcanzará para comprar siquiera sus medicinas para tratar la hipertensión un gasto que, dijo, supera los 90 bolívares.
"Uno tiene que madrugar, pagar los pasajes (a costos) excesivos (...), este gobierno debe tener un poquito más de consideración con uno de la tercera edad", pidió.
Además del aumento de pensiones y salarios, el Gobierno decretó la congelación de precios de 25 productos de la canasta alimentaria, puso en marcha una reconversión monetaria que suprimió cinco ceros al bolívar, que ahora se apellida "soberano", y adelanta un "plan de ahorro" en oro que tiene al propio Maduro como su primer inversor. Con todo, Efe ha podido constatar que los productos regulados escasean en los supermercados y según el Parlamento, que controla la oposición, las medidas dispararon la inflación, que cerrará en más de 1.000.000 % este 2018, según previsiones del Fondo Monetario Internacional.