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Fue a principios de enero cuando nos avisaron. El juicio en Brooklyn estaba generando fricciones entre Ismael Zambada García y los hijos de Joaquín Guzmán Loera. Era una pregunta que me hacían con frecuencia los medios nacionales. Qué está pasando en Sinaloa, cómo está impactando el juicio en la tierra de los más grandes capos que ha parido este país, en la cuna del cartel de Sinaloa, la plaza del Chapo. Todo está tranquilo por acá, les decía. Y estaba. Por lo menos durante las primeras semanas de haber iniciado el juicio. Después no. Según nuestras fuentes, luego de las declaraciones de su hijo Vicente Zambada, el Mayo se comunicó con los hijos del Chapo, Iván Guzmán Salazar y su hermano Alfredo. Les pidió que le enviaran un mensaje a su padre, que debía declararse culpable, que ya no tenía salida y que quería ayudar a su hijo para que saliera pronto.
El Vicentillo fue extraditado en febrero de 2010 y después de un largo jaloneo entre los fiscales y su defensa, el acusado alegó una figura legal que se llama “autoridad pública” y que supuestamente le otorgaba inmunidad contra actos criminales. No hay que olvidar que dos horas antes de ser detenido en Ciudad de México, en 2009, Vicente había estado en una reunión con dos agentes de la DEA en el hotel María Isabel Sheraton, ubicado a un costado de la Embajada de Estados Unidos. Vaya coincidencia. (Más: Al "Chapo" le confiscarían más de 12 mil millones de dólares)