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Presidente egipcio se 'desmarca' de Hosni Mubarak

Mohammed Mursi vuelve a demostrar que su mandato no estará manipulado por la cúpula militar, nombró un gabinete incluyente.

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El Espectador
27 de agosto de 2012 - 10:59 a. m.
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Cuando Mohammed Mursi, el representante de los Hermanos Musulmanes,  subió al poder en Egipto hace poco más de dos meses, sus funciones iban poco más allá de ser un objeto decorativo. Los militares que sucedieron al derrocado dictador Hosni Mubarak se habían asegurado antes de las elecciones presidenciales (las primeras en la milenaria historia del país) las potestades para redactar la próxima constitución, controlar el presupuesto nacional y disolver al parlamento donde había una mayoría islamista democráticamente elegida. 

Sin embargo, en los últimos días Mursi empieza a dejar claro que no va a ser un títere del continuismo. Después de jubilar al mariscal Husein Tantaui -exministro de Defensa de Mubarak y quien aún estaba al frente de esa cartera y del Consejo Nacional de las Fuerzas Armadas-,  así como a otras de las más prominentes figuras de la cúpula castrense, y anular las prerrogativas que se habían tomado los militares para limitar el rango de maniobra del nuevo mandatario, ahora Mursi sale con una jugada que sorprende al país: nombró dentro de su nuevo equipo de asesores a una mujer, la catedrática Pakinam Rashad Hasan, quien estará acompañada por el intelectual copto Samir Morqos, el líder del partido salafista Al Nur, Emad Abdel Gafur y el dirigente de los Hermanos Musulmanes Esam Ahmed al Hadad. 

Desde tiempos de campaña Mursi había prometido que entre sus ayudantes habría una mujer, un cristiano y un activista de izquierdas, aunque a última hora este último perfil se cambió por una personalidad de ideología salafista (musulmanes ultraconservadores). En el equipo presidencial, Morqos ha sido designado asesor para el Cambio Democrático, Hasan para Asuntos Políticos, Abdel Gafur para Comunicación Social, y Al Hadad para Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional.

Lo que a primera vista se configura en el gobierno egipcio, antes de lo que cualquiera podría imaginar, es un panorama incluyente, democrático. El portavoz de Mursi, Yaser Ali,  informó que además del nuevo equipo presidencial, también se ha creado un grupo de consejeros presidenciales, compuesto por diecisiete personalidades de distintas tendencias políticas, entre las que hay varios intelectuales.

Además, Mursi está liderando un cambio de la política y el comercio exterior egipcios, que estuvieron dominados por EE.UU. hasta la era Mubarak. Este lunes Mursi inició su primer viaje fuera de Oriente Medio. Va para China –la segunda economía mundial después de la norteamericana-, donde estará durante tres días en una visita oficial que tendrá como propósitos centrales la búsqueda de inversiones chinas en Egipto y la consolidación de un plan para tratar de resolver la crisis en Siria. Dicho plan, ingeniado por Mursi, sugiere que para poner fin a la crisis en Siria sea establecido un grupo de contacto de cuatro países mediadores: Turquía, Irán, Arabia Saudí y Egipto.

Tras su estancia en China, Mursi tiene previsto continuar el viaje a Irán para participar en la Cumbre de Países No Alineados, que ha sido calificada por Teherán como “el evento diplomático más importante de la historia iraní”. Si hay algo que pueda incomodar a Israel y EE.UU., además de que el nuevo gobierno egipcio apoye al pueblo palestino y tenga un ánimo revisionista respecto a los acuerdos de paz firmados durante la era Mubarak, es la posibilidad de un restablecimiento de relaciones entre Egipto e Irán -rotas desde que Egipto reconoció a Israel como Estado-. Un estrechamiento de esas relaciones acercaría más a Israel (vecino de Egipto) la amenaza iraní, que ya está latente en el Líbano (con la fuerza política y milicia Hizbulá) y en Siria (donde el gobierno de Bashar Al Assad es apoyado con equipamiento y tropas de la República Islámica). 

El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Alí Akbar Salehi, llamó a los No Alineados a oponerse a las sanciones internacionales contra Irán por su programa nuclear, durante las reuniones preparatorias de la cumbre que se celebrará el 30 y 31 de agosto en Teherán, y a la que asistirán los representantes de un centenar de países. "Los No Alineados deberían oponerse duramente a las sanciones unilaterales de ciertas naciones contra algunos de sus miembros", declaró Salehi, que pide apoyo para la defensa de los "derechos nucleares legítimos" de Teherán frente a los occidentales.

Salehi también defendió la posición de Irán sobre el caso palestino, mucho más dura que la de otros países No Alineados, ya que Teherán no reconoce la existencia de Israel y llama continuamente a su desaparición. Teherán invitó a la cumbre al jefe de la Autoridad Palestina, Mahmúd Abás, que reconoce a Israel, y excluyó al movimiento islamista Hamas, su principal aliado palestino, más partidario de una lucha sin cuartel contra el Estado hebreo. Mursi, a todas estas, da sus primeros pasos como mandatario, revolucionando no solo la política local, sino engranando en la nueva distribución de influencias y poderes que trae la revolución árabe a Oriente Medio

Por El Espectador

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