Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, se dirigió a la nación tras una jornada en la que cientos de miles de personas salieron a las calles de las ciudades del país para exigir su renuncia.
Mubarak confirmó que no se presentará en las elecciones de septiembre y le pidió a su Parlamento adelantar la fecha de los comicios. "He iniciado la formación de un nuevo gobierno", aseguró Mubarak, tras instar a los egipcios al diálogo e insistir en que lo único que ha hecho desde 1981 ha sido servirle a su país. "Mi invitación al diálogo sigue en pie con el pueblo egipcio", aseveró. "He servido a Egipto durante mucho tiempo", agregó.
El mandatario también dijo que "voy a tomar las medidas necesarias para traspasar el poder", al explicar que no se presentará como candidato a las elecciones previstas para septiembre, aunque antes de las revueltas en su contra era su intención.
"Le pido al Parlamento que acelere las elecciones", enfatizó, mientras miles de personas le exigían en las calles su renuncia inmediata. "Egitpo saldrá más fuerte, con mayor estabilidad", agregó.
En las calles, el sentimiento fue encontrado. Por un lado se celebró que, 30 años después, Hosni Mubarak haya anunciado su partida. Sin embargo, miles de personas anunciaron que seguirán protestando para que el mandatario se vaya de inmediato.
Y es que este martes, cientos de miles de personas se manifestaron en varias ciudades del país contra el presidente, que dirige Egipto desde hace 30 años. Las protestas contra el presidente empezaron hace una semana y podrían haber dejado cerca de 300 muertos, según la ONU.
Ahora bien, la oposición en bloque ha anunciado repetidamente que no aceptará otra salida a la crisis que la partida del presidente, la creación de un gobierno de transición y la convocatoria de elecciones libres.
Egipto, el más poblado de los países árabes (80 millones de habitantes), es un aliado de Estados Unidos y administra el Canal de Suez, esencial para el aprovisionamiento petrolero de los países industrializados. Es, además, uno de los dos países árabes (el otro es Jordania) que firmó un tratado de paz con Israel.