Saldar la “grieta” en Argentina, el desafío de Alberto Fernández

El presidente electo de Argentina se reunió con el actual mandatario de la nación, Mauricio Macri, para comenzar el proceso de transición de gobierno. El peronismo no la tiene fácil, pues recibe el país en una profunda crisis económica. Si no conoce este movimiento, le ofrecemos unos apuntes que le pueden ayudar a reconocerlo.

Redacción Agencia AFP
28 de octubre de 2019 - 04:34 p. m.
El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández (izquierda), se reunió con el actual mandatario, Mauricio Macri (derecha), para comenzar a trabajar en la transición de gobierno.  / AFP
El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández (izquierda), se reunió con el actual mandatario, Mauricio Macri (derecha), para comenzar a trabajar en la transición de gobierno. / AFP

El mandatario de Argentina, el conservador Mauricio Macri, se reunió este lunes con el peronista Alberto Fernández, ganador de las elecciones presidenciales del domingo, en un desayuno para comenzar el proceso de transición. Macri llegó primero a la Casa Rosada, en el centro de Buenos Aires, mientras que el líder opositor asistió cerca de las 10:30 hora local (o8:30 hora de Colombia), momento para el que estaba previsto la reunión.

Con el 97,92% escrutado, el abogado Alberto Fernández, de 60 años, el 48,10% de los votos mientras que Macri afectados el 40,38%. El resultado le dio a la candidatura de Fernández, cuya futura vicepresidenta será la exmandataria Cristina Fernández, la victoria en primera vuelta, aunque Macri les recortó votos respecto a las elecciones primarias de agosto, no fue suficiente para lograr un segundo periodo.

La posesión de Fernández será el próximo 10 de diciembre, y por eso Macri lo llamó a conversar pocas horas después de la cita electoral para iniciar un "período de transición ordenada". La cita entre ambos políticos se produjo solo un par de horas después de que el Banco Central confirmó las medidas más severas que regirán hasta el momento. El peronismo, en su regreso, no la tiene fácil, porque además de la crisis económica se encuentra a un país fracturado. Elecciones Argentina 2019: agobiados por la crisis

"Se terminaron el 'nosotros' y los 'ellos'", declaró Fernández el domingo poco antes de que los comicios confirmaran su consagración en primera vuelta, con 48% de los votos. Prometió dejar atrás la polarización y se esforzó por "trabajar todos juntos por un país mejor".

La "grieta", un término importado de la geología y que evoca un temblor y rotura definitiva, vende un relucir en apasionadas crisis que afectan a peronistas y antiperonistas, progresistas y conservadores, neoliberales y estatistas.

"La grieta es como decir que 'si no estás conmigo sos mi enemigo'. Nos hace mal como hermanos", resumió a la AFP María Teresa Iriarte, una enfermera jubilada de 75 años que vio pasar por el poder a la dictadura (1976- 1983), el radicalismo (socialdemocracia) y el peronismo. Aunque siempre existió a lo largo de la historia argentina, la "grieta" se consagró como tal durante el gobierno de la exmandataria Cristina Kirchner (2007-2015), ahora vicepresidenta electa.

Apoyada por multitudes, Kirchner también era detestada por numerosos sectores que le reprochaban sus políticas económicas, un estilo autoritario de gobernar y que la consideración en un símbolo de corrupción y un mal para el país. Crisis en Argentina: Ser argentino y no morir en el intento 

Estas pasiones evocan los sentimientos de amor y de odio que suscitaron también la crítica Eva Perón y el propio Juan Perón, fundador del peronismo, el mayor movimiento político argentino, nacido en 1945. 

Según el sociólogo Agustín Salvia, director del Observatorio de Deuda Social Argentina, trata de una "construcción política-comunicacional, que no representa a las voluntades sociales". Salvia apuntó que las clases de medios y alta "tuvieron que formar parte de un lado de la grieta", defienden políticas liberales y se autoperciben como los representantes de la República, mientras que del otro lado se encuentran los peronistas y progresistas que se centran en políticas más distributivas, entre otras.

"No está claro que uno sea la corrupción y el otro anticorrupción. Tampoco es tan claro que el gobierno de Mauricio Macri haya sido estrictamente liberal y que el de Cristina luchaba por la justicia social", dijo el investigador de la Universidad de Buenos Aires. .

"En esa radicalización se montó lo que después fue el macrismo", sostuvo el politólogo Pablo Touzon, coautor del libro "La grieta desnuda". Se refiere al proyecto del presidente Macri, quien asumió en 2015 y dejará el gobierno el 10 de diciembre próximo, tras frustrarse en los comicios del domingo su aspiración a la reelección.

Según Touzon, esta polarización política "se comprometió en muchos lugares del mundo" a partir de la gran recesión de 2008 y se cristalizó en figuras como el presidente estadounidense Donald Trump, el venezolano Nicolás Maduro o el brasileño Jair Bolsonaro.

"Argentina está tratando de encontrar su centro. Ante esta crisis económica y el colapso del macrismo, bien podría haber sido electo presidente un Bolsonaro o un Maduro. Argentina, en esta unión del peronismo, conjuró ese peligro", advirtió Touzon.

Kirchner, quien mantuvo un fuerte respaldo, pero también una alta imagen negativa, sorprendió hace unos meses al desistir de su candidatura y elegir para encabezar la fórmula a Alberto Fernández, su exjefe de gabinete de quien se había distanciado en 2008 y se reconcilió. En esta campaña, "los peronistas entendieron que con la grieta no solo no pudieron ganar las elecciones, sino que no pudieron gobernar", analizó Touzon.

Pero la división permeó en la sociedad rompiendo familias y amistades. Mario Medina, un taxista de Córdoba (centro) que apoyó la reelección de Macri, rompió lazos con su cuñado. "Salíamos a tocar la guitarra, un cantar. Pero un día me dijo: 'negro, no seas gil (tonto), no tenés que laburar (trabajar) tanto'. En realidad, él vivía de dádivas del Estado gracias a los giles como yo que pagamos impuestos. Tuve que levantarme de la mesa e irme. Yo muero con mis ideales ", relató.

La división entre los argentinos "podrían ser una toma de posición política como si tuviera una posición futbolística, en Boca-River. Involucra valores, ideología, pero tiene mucho de mito, de irrealidad", sostuvo Salvia. La jubilada Iriarte ratifica: "Yo me peleo con una vecina por los políticos, pero ellos están tomando mate juntos. Se ríen de nosotros", dice en una plazoleta de Córdoba.

Peronismo para principiantes

¿Qué es el peronismo? Es una pregunta que se han formulado muchas veces politólogos y sociólogos fuera de Argentina. Pero frases de pensadores, artistas y hechos históricos ayudan a entender mejor el fenómeno.

¿Cómo surgió el peronismo?

El peronismo nació en 1945, después de la llamada Década Infame del partido conservador. Fue una reacción al fraude electoral, los abusos patronales y los acuerdos comerciales con Inglaterra que condenaban al país a ser proveedor de materias primas.

Lo formaron decenas de millas de trabajadores emigrados a Buenos Aires desde las provincias. Eran mestizos que se unieron a hijos y nietos de inmigrantes europeos. Nació en una masiva movilización de trabajadores el 17 de octubre de aquel año. "Es un aluvión zoológico", lo despreció el diputado radical socialdemócrata Ernesto Samartino. Nacía también el antiperonismo.

¿Por qué la central obrera es peronista?

Los manifestantes reclamaban la liberación del entonces coronel Juan Perón, secretario de Trabajo en la dictadura del general Edelmiro Farrell. El dictador lo arresto temeroso de su creciente poder por haber impulsado leyes y estatutos laborales, indemnizaciones por despido y vacaciones, entre otros derechos.

Los trabajadores idolatraban a Perón y lo luchaban tres veces a la presidencia. Por eso el peronismo controlado arrebatarle el control de los sindicatos a los socialistas, anarquistas y comunistas. Desde entonces, la central obrera mayoritaria CGT responde al peronismo.

"Procedemos a poner de acuerdo al capital y al trabajo, tutelados ambos por la acción directiva del Estado", dijo Perón en un discurso histórico.

¿Es de izquierda o de derecha?

Es un movimiento nacional y popular policlasista. Engloba a diferentes ideologías. El ideario peronista defiende la industrialización, el control de las exportaciones, el Estado fuerte, la salud y la educación pública, los subsidios sociales, la neutralidad internacional y la integración política y comercial sudamericana.

De su seno surgió en los años 1960 y 1970 expresiones extremas: la guerrilla de los Montoneros y la vez la organización paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).

"Lo primero que les pregunto a los extranjeros es si en sus países los fenómenos políticos son simples. ¿Es de izquierda o de derecha la rebelión catalana? ¿Y los chalecos amarillos de Francia?", Afirma el antropólogo Alejandro Grimson.

Le pregunté al artista plástico Daniel Santoro como explica el peronismo, por ejemplo, un finlandés: "Hay algo indefinible, pero alimenta el deseo de goce, de felicidad". E incluye a personalidades históricas como el papa Francisco, porque es la doctrina social de la Iglesia de Juan XXIII, o el ídolo futbolero Diego Maradona, un rebelde y transgresor.

Contiene en su seno a un expresidente peronista neoliberal como Carlos Menem y una centroizquierdista como Cristina Kirchner. Y es un caso atípico en Occidente al haber tenido dos presidentas, Isabel Perón y Cristina Kirchner, además de una líder espiritual que fue Evita Perón.

Ahora llegó el momento de Alberto Fernández, un centroizquierdista que defiende como Kirchner políticas de aliento al consumo, salarios altos, industrialismo y derechos humanos.

¿El país sigue dividido?

En campaña electoral, Macri reiteró la acusación histórica al peronismo de ser clientelista y populista. En contraste, Fernández asegura que el movimiento saca a Argentina de las crisis que provoca cada gobierno conservador. Perón instaba a los empresarios a ceder poder económico para construir una sociedad de bienestar. Sus modelos eran la Francia y Suecia de posguerra. Pero generó un antiperonismo feroz.

El más grande escritor argentino de todos los tiempos, Jorge Luis Borges, llegó a decir que "los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles". El antagonismo está vivo, pero también se lo puede ver con humor. Un periodista español le solicitó una vez a Perón cómo era el arco político argentino: "Mire en Argentina hay 30% de radicales (socialdemócratas), 30% de conservadores y otro tanto socialistas". "Pero ¿dónde están los peronistas?", Le repreguntó. "¡Ah, no, peronistas somos todos!"

 

Por Redacción Agencia AFP

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