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Con la publicación de su informe anual sobre derechos humanos, la ONG Human Rights Watch ensombreció el primer día de la visita del vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, a la capital de Estados Unidos. El documento afirma que en Colombia los asesinatos contra líderes sindicales y la impunidad van en aumento. Aunque, sin embargo, una mejor disposición del gobierno del presidente Juan Manuel Santos para lidiar con este espinoso tema y reitera su oposición al Tratado de Libre Comercio.
Desde Francia la canciller colombiana, María Ángela Holguín, habló del informe: “Hay un compromiso del Gobierno de seguir trabajando, más por convicción que por imposición. Todos los esfuerzos que se hagan son pocos para mejorar la situación de derechos humanos”.
Aunque el informe reconoce ciertos avances del gobierno Santos, sigue siendo muy duro con Colombia. ¿No es injusto criticar un gobierno que apenas está empezando?
El informe provee una visión general sobre la situación actual de Colombia, que continúa caracterizada por abusos masivos e impunidad generalizada frente a crímenes de derechos humanos. No atribuimos el surgimiento de estos problemas al gobierno Santos, pero claramente es la responsabilidad de su gobierno tomar medidas para manejar estos problemas. Creo, personalmente, que el presidente Santos está de acuerdo conmigo.
¿Por qué los avances de Colombia nunca le parecen suficientes?
Reconocemos importantes cambios en el discurso del Gobierno. Sin embargo, lo que importa realmente son los resultados, que no se han visto.
En 2001 fueron asesinados 197 lideres sindicales, frente a 46 en 2010, según cifras de la CUT. ¿No es eso un avance significativo?
Las cifras astronómicas de asesinatos a líderes sindicales de hace una década no son nuestra vara de medir el progreso. Como lo reconocemos en el informe, los asesinatos se redujeron a 39 en 2007. Sin embargo, las cifras siguen siendo altas, con 52 asesinatos en 2008, 47 en 2009 y 44 en 2010. Vamos a reconocer verdadero progreso cuando la violencia en contra de los líderes sindicales haya disminuido significativamente.
Si se aprueba el TLC aumenta la sensación de seguridad para los inversionistas. ¿No se beneficiarían también los trabajadores?
HRW no se opone al libre comercio, pero cualquier tratado debe estar basado en el respeto a los derechos fundamentales, especialmente de los trabajadores que elaboran los productos que serán comercializados. Esas condiciones no existen aún en Colombia.
Usted aplaude propuestas como la ley de víctimas y la de reparación por los abusos cometidos por agentes del Estado, pero igual se opone radicalmente a algo tan importante para los intereses del Gobierno como el TLC...
Si la ley de víctimas pasa, sería muy positivo para Colombia. Sin embargo, las bases de nuestra oposición al TLC están centradas en la violencia creciente y la impunidad en las acciones contra los sindicalistas. Mientras el Gobierno no demuestre un progreso, nos seguiremos oponiendo.
¿Por qué es tan duro con el Gobierno y no con las Farc?
Como lo ha reconocido el ministro de Defensa de Colombia, el doctor Rodrigo Rivera, nuestro reporte acertadamente condena también los abusos cometidos por los grupos guerrilleros.