Los incidentes llevaron a la dimisión del primer ministro Mahinda Rajapaksa, pero eso no sirvió para contener la indignación de los manifestantes, que trataron de irrumpir por la fuerza en su residencia oficial.
Tropas fuertemente armadas tuvieron que acudir al rescate porque los manifestantes habían franqueado el acceso principal de su residencia en Colombo y trataban de entrar al edificio donde Rajapaksa, el hermano mayor del presidente, y su familia se había refugiado.
El poder del clan Rajapaksa se tambalea después de meses de apagones y escasez de productos en esta isla de 22 millones de habitantes al sur de India, que se enfrenta a su peor crisis económica desde la independencia en 1948. Sin embargo, el exjefe de gobierno no huirá del país, afirmó su hijo mayor Namal Rajapaksa.
