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Hace un mes se desató lo inevitable en Sudán: luego de un largo tiempo de tensiones entre los militares y civiles que compartían el poder desde 2019, las Fuerzas Armadas dieron un golpe de Estado. “Los miembros civiles del Consejo de Soberanía de transición y varios ministros del gobierno de transición fueron detenidos por las Fuerzas Militares conjuntas”, se leía en la cuenta de Facebook del Ministerio de Información. “Tras haber rechazado apoyar el golpe de Estado, las Fuerzas Armadas detuvieron al primer ministro Abdallah Hamdok”. Ahora, en medio de una ola de protestas, los militares y civiles firmaron un pacto que ha exacerbado aún más el descontento social en el país africano.
¿Qué acuerdos se han alcanzado?
La declaración política firmada por el líder militar y presidente del Consejo Soberano, Abdelfatah al Burhan, y Abdalá Hamdok, primer ministro que recientemente fue restituido en su cargo, tras la detención el día del golpe de Estado, llevó a la liberación de Siddiq al Sadiq al Mahdi, líder del partido Umma; Al Rayh al Sahuri, responsable del partido árabe socialista Baaz; Omar al Diguir, del partido Congreso Sudanés, y Yasir Arman, asesor para asuntos políticos del primer ministro. Estos son los primeros cuatro presos políticos que recuperan su libertad, a la espera que con los demás suceda lo mismo en los próximos días.
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Esto se da en un contexto en el que la Unión Europea, la ONU y algunos países, entre ellos Estados Unidos, han condicionado la transición que Sudán comenzó a hacer en 2019, tras el derrocamiento del régimen de Omar al Bashir, a la liberación de todos aquellos privados de la libertad desde el mes pasado.
¿Por qué continúa el descontento social?
Desde el golpe de Estado, en Jartum, manifestantes se aglomeraron en las calles y quemaron llantas para protestar por los arrestos. La Asociación de Profesionales, una de las cabezas de la revuelta de 2019 que puso fin a los treinta años de la dictadura de Omar Al Bashir, llamó a la desobediencia civil en la capital. El sindicato de médicos y bancarios también se unió a las protestas. ¿El resultado? Una fuerte represión que dejó 40 muertos y cientos de heridos, además de cortes en las comunicaciones.
Aun así, las protestas no paran. “Los manifestantes, que hasta ahora desfilaban con fotos de Hamdok, al que consideraban el único dirigente legítimo de Sudán, destrozaron su retrato el domingo por traicionar a la revolución de 2019″, se lee en AFP. “No dudamos de su integridad (...), pero lo que pasó ayer (domingo) supone un revés”, dijo la exministra de Relaciones Exteriores, Mariam al Sadeq al Mahdi, a la agencia de noticias. Y es que hay un sector de la sociedad que está reacio a negociar con quienes perpetraron el golpe de Estado, incluidos 12 ministros (de 17) del FLC que anunciaron su dimisión, entre ellos la funcionara anteriormente citada.
Las protestas desatadas contra la restitución de Hamdok fueron reprimidas fuertemente, al punto que, según informó el opositor Comité de Médicos, las fuerzas golpistas atacaron con gases lacrimógenos un hospital de la capital donde estaban siendo atendidos los heridos. Además, en medio del caos, un joven de 16 años murió, tras recibir un disparo en la cabeza, efectuado por las fuerzas de seguridad. “Es el primer mártir en resistir el acuerdo golpista”, apuntó el comité.
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