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Las escenas de horror que se vivieron en una guardería de Tailandia, donde un expolicía disparó y apuñaló a las personas que estaban adentro, dejando 37 personas muertas, entre ellas 23 niños, dejaron horas de luto en el país asiático.
El viernes, los familiares de los asesinados se reunieron en la guardería, donde colocaron rosas blancas en los escalones de entrada del edificio. Luego se desplazaron a los templos locales para recibir los ataúdes de sus seres queridos. Durante la noche, el rey Maha Vajiralongkorn y la reina Suthida se reunieran con las víctimas y sus familias.
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Por su parte, el gobierno ordenó que todas las banderas tailandesas se arriaran a media asta, mientras que el primer ministro, Prayuth Chan-ocha, visitó la guardería, dejando flores en el recinto. El funcionario se reunió con las familias de las víctimas y entregó cheques de compensación.
El perpetrador de la masacre fue identificado como Panya Khamrab, un ex teniente coronel de policía de 34 años, que fue despedido en enero por posesión de metanfetamina, cuyo despido se hizo oficial en junio. El jueves pasado tuvo que comparecer ante el tribunal por un cargo de drogas y debía asistir de nuevo el viernes.
El asunto de las drogas en Tailandia
Lo sucedido ha provocado dos reacciones principales: un llamado a tener mayor control sobre el acceso a las armas y otro para tomar más medidas contra las drogas. Por ejemplo, el partido opositor Pheu Thai planea abrir una sesión extraordinaria de la Cámara de Representantes. Prasert Chantararuangthong, secretario general de la asociación política, dijo: “Culpo al gobierno por descuidar el problema de las drogas que causó este trágico evento”.
En 2021 se incautaron más de mil millones de tabletas de metanfetamina en el este y sudeste de Asia, siete veces más que hace 10 años. Un informe reciente de la ONU dijo que el precio de la metanfetamina en tabletas y cristales había caído a mínimos históricos debido a un aumento en la oferta. Según informes locales, una tableta cuesta 10 baht (£0,24) al por mayor, casi lo mismo que una botella de agua. El precio de venta al público de las píldoras oscila entre 20 y 25 baht.
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¿Y las armas?
Los tiroteos masivos son raros en Tailandia, aunque las tasas de posesión de armas son altas. Según una encuesta realizada por gunpolicy.org, había más de 10,3 millones de armas de fuego de propiedad privada en Tailandia en 2017, teniendo registradas solo seis millones de ellas. Así, la tasa de propiedad privada de armas de fuego ese año fue de unas 15 armas por cada 100 ciudadanos privados, informó el grupo.
Según Naciones Unidas, en cerca del 80 % de los homicidios en Tailandia hay de por medio un arma de fuego, un porcentaje que va a la par con países como Sudáfrica, Colombia, México, Guatemala o Estados Unidos. No hay que olvidar que en 2020, un oficial del ejército perpetró un ataque en un centro comercial de Nakhon Rachasima, en el interior del país, y causó 29 muertos. También, en septiembre de ese mismo año, un sargento mayor mató a dos oficiales del ejército en un tiroteo en un centro de formación militar en Bangkok.
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