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Túnez, ¿el país más feminista del mundo árabe?

El nombramiento de Najla Bouden-Romdhane como primera ministra de Túnez, la primera mujer en un cargo de este calibre en el mundo árabe, no debe tomarse a la ligera. Si bien hay algo de simbolismo en la decisión, los problemas continúan.

07 de octubre de 2021 - 02:00 a. m.
La geóloga Najla Bouden-Ramadhne será la primera ministra de Túnez.
La geóloga Najla Bouden-Ramadhne será la primera ministra de Túnez.
Foto: EFE - Agencia EFE

Para hablar de una mujer ostentando un cargo político poderoso en el mundo árabe tendríamos que devolvernos cientos o incluso miles de años en la historia hasta encontrarnos con nombres como los de Cleopatra o Shajarat Al Durr, quienes estuvieron en el trono en Egipto. En la era moderna, las mujeres fueron relegadas a un segundo plano en la política árabe. Sin embargo, desde hace años Túnez ha puesto en marcha una pequeña revolución para revertir esa tendencia, dando su último avance la semana pasada.

Najla Bouden-Ramadhne, una profesora de geociencias de 63 años sin ninguna relación con la política hasta ahora, fue nombrada por el presidente tunecino, Kais Saied, como la primera ministra de su país, convirtiéndose así en la primera mujer en un cargo de este tipo en el mundo árabe.

No es una sorpresa que Túnez haya dado este paso, pues, desde su independencia en 1956, el país ha estado a la vanguardia frente a sus vecinos árabes o incluso a países occidentales en la implementación de políticas feministas, como el acceso al aborto gratuito y de calidad o la paridad en listas electorales, además del derecho al voto, la posibilidad de divorciarse y de crear empresas, así como de exigir la igualdad salarial.

Habib Bourguiba, el primer presidente del país, fue el arquitecto del cambio al ordenarles a los padres que enviaran a sus hijas a la escuela. Los cambios continuaron con el compromiso de las mujeres en la reorganización del país tras la Primavera Árabe, cumpliendo un papel crucial en la redacción de la nueva Constitución que protegería las conquistas de las mujeres en un nuevo modelo económico y social.

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Sin embargo, las desigualdades y el entorno de inseguridad para las mujeres no se han exterminado por completo en el país. Más de la mitad de las tunecinas sufren algún ataque violento, cuatro de cada cinco han sido víctimas de violencia virtual y todavía hay leyes que facilitan los crímenes contra la mujer, pues ni la violación dentro del matrimonio o el tráfico de mujeres se considera un delito. Además, pese a las altas tasas de graduadas en la educación superior, solo el 24,6 % de las mujeres representan la población ocupada. ¿Significa la llegada de Bouden una nueva “revolución feminista” en Túnez como la que impulsó Bourguiba? Es complicado.

Las reacciones a la llegada de la primera mujer al cargo de primera ministra de Túnez están divididas en el interior del país entre la esperanza y la incredulidad. Por un lado, este no deja de ser un nombramiento histórico.

“Estoy muy contenta con este nombramiento basado en el principio de solidaridad feminista. La primera mujer árabe en este puesto es positiva, pues anteriormente estaba reservado para los hombres”, le dijo Olfa Karamsoli, una empleada tunecina, a la Deutsche Welle.

Buden no llegó al cargo como una cuota de género. Su historial demuestra que tiene experiencia en gestión de proyectos de gran envergadura, como destaca la profesora Halima Ouanada de la Universidad de Túnez El Manar. También da esperanza que Buden no ha ejercido nunca un cargo público y que nunca ha sido acusada de corrupción, lo cual resulta coherente con Saied, quien llegó a la presidencia desafiando a la clase política tradicional, llena de escándalos, que ha defraudado a los tunecinos.

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Pero para otros su nombramiento es una “cortina de humo” con la que Saied busca apaciguar el descontento general en la nación, mientras en paralelo continúa atacando el orden constitucional e incrementando sus “poderes faraónicos”. Cabe destacar el contexto del cargo: si bien Buden será la primera ministra, el presidente Saied comunicó que los funcionarios del gobierno serán responsables ante él, y podrá elegir o despedir a los ministros del gabinete. Eso quiere decir que el rol de primer ministro no es relevante en comparación con administraciones pasadas, lo que le resta todo el simbolismo al nombramiento.

“No veo el gesto simbólico. Tokenizar a una mujer en este contexto político en particular, prepararla para que fracase y darle un mandato nulo no es un gesto simbólico, es una farsa y es lo que muchos otros políticos han estado haciendo antes que Saied… El mensaje que nos está dando es: ‘Una mujer solo consigue el trabajo cuando este ya no es importante”, escribió Fida Hammami, coordinadora de defensa para Oriente Medio y África del Norte de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad.

Hammami ha pedido que no se reconozca el contexto de la llegada de Bouden al cargo de primera ministra. Túnez ha tenido un historial de “primeras veces” dentro del mundo árabe. La primera doctora, en 1936; la primera conductora de tren, en 1958; la primera mujer ministra, en 1983, y la primera astronauta, en 2021. Pero al resaltar “la primera vez que una mujer llega al cargo”, dice la experta, se sugiere que el patrón de machismo se ha roto y que “las cosas están cambiando cuando no lo están”.

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Bouden llega en un momento muy crítico para Túnez. La crisis económica se ha exacerbado con la pandemia, golpeando a las mujeres particularmente desempleadas. En los últimos 15 años el país ha retrocedido en la igualdad de género, pasando del puesto 90 al 124 en el índice de desigualdad del Foro Económico Mundial. También pasó del puesto 97 al 142 en términos de participación económica y oportunidades laborales, y del 53 al 67 en términos de participación política, según el Banco Mundial. Los logros del pasado en Túnez, y su vanguardismo frente a otros países árabes, no pueden nublar el hecho de que el camino hacia la igualdad ha sido extremadamente frágil y que aún queda mucho por recorrer. El titular de la “por primera vez una mujer será primera ministra” nos ha engañado por completo.

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