Uganda recibe el doble de refugiados que Europa

El país africano está al borde de una emergencia sanitaria por las oleadas de personas que buscan asilo en su territorio. La mayoría de ellos proviene de Sudán del Sur.

Redacción internacional con información de Médicos Sin Fronteras
14 de julio de 2017 - 06:43 p. m.
Frederic NOY/COSMOS
Frederic NOY/COSMOS

Según datos de Médicos Sin Fronteras (MSF), actualmente Uganda alberga a más de 950.000 refugiaos y recibe a 2.000 personas al día, el doble de personas que llegaron a las costas europeas en 2016.

El conflicto sudanés empezó en diciembre de 2013, cuando las fuerzas militares leales al presidente Salva Kiir, perteneciente a los Dinka, se enfrentaron a la facción del ejército que apoyaba al vicepresidente Riek Machar, de la etnia Nuer.

Aunque ambas facciones en conflicto formaron un gobierno de unidad nacional en abril de 2016, la decisión del presidente de disolver los 10 estados que componían el país para convertirlos en 28 nuevas unidades administrativas sólo consiguió atomizar el conflicto.

Según Adama Dieng, consejera especial para la prevención del genocidio de Naciones Unidas, las características del conflicto lo hacen cada vez más parecido a una guerra étnica y se corre el riego de que ocurran masacres como las que tuvieron lugar en Ruanda, cuando en 1994 el gobierno mayoritario perteneciente a los hutus eliminó al 75% de la población tutsi del país.

En uno de los campos de refugiados sursudaneses, en Palorinya, el 80% de la población depende completamente del agua proporcionada por Médicos Sin Fronteras.

"No se están cubriendo ni siquiera las necesidades más básicas de los refugiados", explica Tara Newell, quien es responsable de Operaciones de MSF para Uganda. “Aunque estamos bombeando y llevando cantidades récord de agua a Palorinya, nuestro esfuerzo no resulta suficiente para abastecer de manera adecuada a toda la población del campo”, añade Newell.

Adicionalmente, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) redujo las raciones mensuales que distribuía, lo cual es muy preocupante, porque implica que muchas personas se han quedado sin comida suficiente.

La inseguridad alimentaria ha llevado a que algunos refugiados regresen a Sudán del Sur, a pesar de que la violencia que les obligó a huir del país los sigue esperando de regreso.

"Prefiero que me peguen un tiro en Sudán del Sur a morir de hambre en Uganda", aseguran algunos de los refugiados entrevistados por los equipos de MSF.

La burocrácia y falta de recursos, la otra guerra

"La comunidad internacional ha fallado a la hora de resolver el conflicto en Sudán del Sur y ahora está fallando en ayudar adecuadamente a los refugiados sursudaneses en la región” denuncia Leon Salumu quien está a cargo de las operaciones de MSF en Sudán del Sur y quien denuncia que de los fondos que solicitó en su día Naciones Unidas para dar respuesta a la crisis de los refugiados sursudaneses, solo se ha aportado un 17%.

“Resulta imprescindible hacer una mejor planificación de los lugares de acogida y asegurar el acceso de los refugiados a servicios básicos como el agua, el saneamiento y la atención sanitaria”, afirma Leon Salumu quien es responsable de las opresiones de Médicos sin Fronteras en Sudán del Sur.

Las intervenciones sanitarias también se han entorpecido por la enorme cantidad de trámites burocráticos para la importación de suministros médicos. Como consecuencia,durante dos meses este año, MSF no pudo atender procedimientos básicos como partos o el tratamiento enfermedades de los ojos y la piel.

Video por: Fabio Basone, cortesía de Médicos Sin Fronteras

Por Redacción internacional con información de Médicos Sin Fronteras

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