Un nuevo temblor, de 4,3 grados en la escala de Richter, sacudió este miércoles a la capital búlgara, Sofía, cuyos habitantes ya sufren de inquietud y cierto pánico por el seísmo de 5,9 grados que los despertó y echó a la calle el pasado 22 de mayo a las 03:00 hora local (00:00 GMT).
El movimiento telúrico del miércoles tuvo su epicentro unos 25 kilómetros al oeste de Sofía y un kilómetro al sur de la ciudad minera, Pernik, según anunció la Academia Nacional de Ciencias.
Es exactamente la misma región en la que el anterior temblor dejó unas 100 personas heridas leves, principalmente con contusiones y cortes.
Varios edificios sufrieron también daños como grietas, chimeneas destruidas y ladrillos caídos así como ventanas rotas.
Por el momento se desconoce si el movimiento de tierra registrado a las 00:50 hora local ha provocado heridos o daños materiales en la capital búlgara.