Según informaron fuentes de Barajas el avión, un Boeing 767 con 262 pasajeros a bordo, tomó tierra en Madrid después de que una de las ventanillas centrales del lado izquierdo de la cabina se llenara de grietas.
Las fuentes añadieron que la situación motivó la puesta en marcha de la llamada alerta local, lo que significa movilizar a bomberos, personal sanitario y Fuerzas de Seguridad del Estado del aeropuerto por si fuera necesaria su intervención.
Sin embargo, no fue precisa esa actuación y tras el aterrizaje sin incidencias la alerta local fue desactivada.
Los pasajeros del vuelo fueron desembarcados del aparato y trasladados a la terminal a la espera de que la compañía Volaer decida la reparación de la aeronave, el cambio de avión o la reubicación de los viajeros en otros vuelos para que puedan llegar a su destino, añadieron las fuentes.