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El miedo de la comunidad asiática en Estados Unidos es indescriptible. De acuerdo con datos oficiales, en el último año se han registrado más de 6.600 incidentes racistas contra estadounidenses de origen asiático. El más grave y que sumió a esa comunidad en la angustia, se presentó el 16 de marzo, cuando un hombre de 21 años mató a ocho personas, seis de ellas mujeres de origen asiático que trabajaban en salones de masajes en Atlanta y sus alrededores.
El individuo, según la fiscal de Georgia, “seleccionó” a sus víctimas en función de su “raza, origen, sexo y género, real o percibido”. Este hombre, que se describía como “un ferviente cristiano adepto a las armas”, abrió fuego en un salón de masaje de Acworth, a unos 50 kilómetros de Atlanta, dejando cuatro muertos y dos heridos. Más tarde, atacó otros dos salones situados en esta gran ciudad del sur del país, acabando con otras cuatro vidas.
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Según los últimos datos demográficos en EE. UU, los ciudadanos de origen asiático en EE. UU. eran más de 21 millones en 2019, 6,6 % de toda la población del país, la mayoría ubicados en California y Nueva York.
Después de los graves ataques de Atlanta nació #StopAsianHate (paren el odio hacia los asiáticos) un movimiento que visibilizó la situación de esta comunidad, discriminada en EE. UU. De acuerdo con el Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad de California, los delitos de odio contra los asiáticos estadounidenses en 16 ciudades importantes de Estados Unidos aumentaron en un 149% entre 2019 y 2020.
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Stop AAPI Hate, una organización que rastrea incidentes de discriminación, odio y xenofobia contra estadounidenses de origen asiático e isleños del pacífico, mostró que entre marzo de 2020 y febrero de 2021 se reportaron 3.795 incidentes contra asiáticos, solo en Estados Unidos. Pero la cifra se refiere solo a los hechos reportados. El subregistro se estima muy alto.
El presidente Joe Biden firmó en enero una orden ejecutiva denunciando la discriminación contra los asiáticos y culpó a su antecesor, Donald Trump, de promover el odio al llamar al coronavirus, el “virus chino”, que produjo malentendidos entre algunas comunidades locales.
Ley antiviolencia contra los asiáticos
Este martes, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó un proyecto de ley para tratar de frenar la violencia contra los estadounidenses de origen asiático, luego de un alarmante aumento de ataques contra esta minoría durante la pandemia de coronavirus.
La Cámara Baja dio luz verde a la Ley de Crímenes de Odio Covid-19 con un fuerte apoyo entre los dos bandos (364 a favor y 62 en contra) semanas después de que el Senado la aprobara casi de forma unánime.
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El último paso es la firma del presidente estadounidense, Joe Biden, quien respalda la ley, que acelerará las investigaciones de los delitos de odio contra los estadounidenses de origen asiático y los isleños del Pacífico por la pandemia, ampliará la conciencia pública sobre el problema y brindará a los gobiernos estatales y locales orientación sobre cómo combatir los crímenes de odio.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, tuiteó que Biden tiene previsto firmar el proyecto de ley “a finales de esta semana”.
¿Antiasiáticos en EE. UU.?
Analistas consultados por medios estadounidenses explicaron, sin embargo, que la comunidad asiática ha sido históricamente discriminada; más allá de la actual pandemia. Hace 150 años, dijeron, se hablaba del “peligro amarillo” por la llegada de ciudadanos chinos y de otros países de Asia a EE. UU.
Tras el ataque a Pearl Harbor, a finales de 1941, los japoneses fueron el blanco del odio de los estadounidenses. La indignación con esa población generó una ola de ataques contra ciudadanos japoneses, que incluyó varios asesinatos.
Años después de la II Guerra Mundial, esta comunidad logró integrarse y era vista como “una minoría ejemplar que supo adaptarse a EE. UU.”.
En 2003, cuando el SARS apareció en China surgió una ola de xenofobia contra los asiáticos en EE. UU., algo que duró muchos años y afectó a chinos, japoneses, filipinos, etc. En esta nueva pandemia, de nuevo, son para muchos los sospechosos. Biden se declara indignado al igual que varios congresistas que piden detener ese odio irracional.