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Al parecer, la sospechosa habría entrado en la sala en donde los pasajeros de vuelos internacionales recogen sus equipajes acompañada de un cómplice.
La explosión aparentemente ocurrió en el momento en el que la mujer abrió su bolso y el estallido causó la decapitación de su acompañante. La cabeza del presunto terrorista, un hombre de apariencia árabe, era hasta entonces el principal indicio que vinculaba la acción con la disidencia islámica del Cáucaso Norte.
Fuentes policiales ratificaron que el atentado fue cometido con 7 o 10 kilos de explosivos, siguiendo con la técnica habitual de los oriundos del Cáucaso Norte, un grupo terrorista que utiliza a las viudas cuyos maridos han fallecido en la guerra contra Rusia para vengarse en su nombre.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció que los culpables recibirán un “castigo inevitable”, mientras que el presidente, Dimitri Medvédev, quien recibió una llamada de condolencia de su homólogo estadounidense, Barack Obama, inculpó al aeropuerto por su precario control y reconoció: “El terrorismo sigue siendo la principal amenaza para la seguridad de nuestro Estado”.