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Una pareja perfecta en Polonia

Desde que eran niños, Lech y Jaroslaw trabajaron juntos. Primero en películas y comerciales y después en la política.

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Camilo Ernesto Aponte Lara/ Especial para El Espectador, Polonia
13 de abril de 2010 - 10:29 p. m.
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La vida pública de los hermanos Kaczynski comenzó hace muchos años, en el corazón de la Polonia adherida a la Unión Soviética. Los dos hermanos gemelos, criados en el seno de una familia conservadora polaca y fervientemente opositora al régimen comunista, hicieron su primera aparición pública a los 13 años de edad protagonizando la película O dwoch takich, co ukradli ksiezyc  (Acerca de los dos que se robaron la Luna), la cual hizo que la figura de los dos pilluelos que querían robarse el satélite natural para venderlo a un buen precio, se grabara en la mente de grandes y chicos para siempre.

Desde pequeño Lech se diferenció de su hermano, Jaroslaw, 45 minutos mayor que él, por su carisma y vehemencia, cuestión que años después en la esfera política lo llevó a ocupar la primera magistratura del Estado. Siempre trabajaron juntos, y así lo recuerdan muchos polacos, “hacían un buen equipo”. En la segunda mitad de los años 80 se desempeñaron como líderes importantes del sindicato polaco Solidarnosc (Solidaridad) fundado por Lech Walesa, el cual lideró la oposición contra el comunismo, y finalmente contribuyó a lograr la caída del dominio Soviético sobre el país. Lech siempre fue la cabeza sobresaliente y moderada del dúo Kaczynski, mientras su hermano, más temperamental y radical en sus ideas, era el motor que lo impulsaba.

En el año 2001 los hermanos Kaczynski fundaron el partido político PiS (Ley y Justicia), uno de los más fuertes desde entonces en la escena política polaca. Y ya para 2005 Jaroslaw había sido nombrado primer ministro del país. Unos meses después Lech ganaría en segunda vuelta la presidencia. Frente a este hecho, Jaroslaw decidió renunciar a su cargo, según él para “no obstaculizarle el camino político a su hermano”, aunque ostenta desde entonces la presidencia del PiS.

La llegada de los hermanos Kaczynski al poder abrió una nueva etapa en la historia política del país. Ellos la llamaron “La Cuarta República”. Un período en el cual se pretendía reestructurar el Estado basándose en la ley y el orden social, en la tradición, en una mayor atención a los problemas sociales y en el afianzamiento de un sentimiento nacional claro.

En 2006 Jaroslaw fue nombrado primer ministro de Polonia por su hermano, luego de que Lech enfrentara una crisis política dentro de su gabinete, y de que las diferencias ideológicas que tenía con respecto a la política europea con el primer ministro de aquel entonces, Marcinkiewicz, se hicieran insalvables. Esto causó una situación sin igual en el panorama político de Europa: dos hermanos gemelos gobernando un país al mismo tiempo.

Los Kaczynski se dedicaron desde entonces a limpiar el Estado polaco de los restos del comunismo, de la corrupción administrativa que se había asentado en las instituciones del Estado, y concentraron sus esfuerzos en la defensa de los intereses de Polonia frente a la Unión Europea, ya que no estaban de acuerdo con la visión federalista de dicha institución. Todo esto les acarreó problemas internos con sus aliados políticos e hizo que Jaroslaw tuviera que dejar el cargo de primer ministro poco tiempo después.

La trágica disolución del histórico dúo Lech-Jaroslaw Kaczynski marca el comienzo de una nueva etapa política para Polonia. Tras el fallecimiento de Lech, el período de La Cuarta República parece haber llegado a su fin. El dúo Kaczynski que trabajaba en equipo y constituía uno de los pilares fundamentales de su partido se ha disuelto.

“En el trágico accidente no sólo murió el presidente del país sino  los líderes más importantes del PiS”, afirmó David Nieto-Rasinski, politólogo y doctor en derecho de la Universidad de Breslavia, a El Espectador. Y agrega: “Personalmente no creo que Jaroslaw se vaya a postular, aunque debemos esperar un poco a que pase la conmoción”.

Por Camilo Ernesto Aponte Lara/ Especial para El Espectador, Polonia

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