La Fiscalía argentina pidió la pena máxima de cadena perpetua contra el ex general argentino Jorge Rafael Videla, quien junto a 30 personas más fue acusado de la ejecución de 31 presos políticos en un penal de Córdoba durante los años en los que la dictadura rigió al país (1976-1983). El fiscal Maximiliano Harabedian pidió este castigo argumentando ante el Tribunal Oral Federal que se cometieron delitos de lesa humanidad.
Antes de conocer el veredicto, otro de los acusados, el ex general Luciano Menéndez, pronunció su alegato final, un derecho que ya había sido ejercido por Videla, quien en su momento se atribuyó el mérito de haber ganado la guerra contra el terrorismo durante su gobierno.
Menéndez sostuvo una explicación similar y utilizó de ejemplo a Colombia. “¡Miren a Colombia! ¡Miren lo que habría pasado si no hubiésemos actuado contra la guerrilla!”, y añadió: “Nunca perseguimos a alguien por sus ideas (...) las fuerzas subversivas ensangrentaron el país, secuestraron a 1.750 personas y perpetraron 300 atentados en toda Argentina”. El ex militar definió a los enemigos como “terroristas marxistas que por orden de la Unión Soviética y su sucursal americana, Cuba, querían someter al país a su sistema”.
Videla y Menéndez ya habían sido condenados a cadena perpetua en 1985, cuando en Argentina se llevó al cabo el llamado Juicio a las Juntas. Sin embargo, el ex presidente Carlos Menem concedió un indulto a Videla durante su gobierno (1989-1999), un perdón que fue anulado por la Corte Suprema en 2007.