
La reina Máxima de los Países Bajos y el rey Willem-Alexander, de los Países Bajos, llegan a la Abadía de Westminster para la ceremonia de coronación del Rey Carlos III de Inglaterra.
Foto: AFP - PAUL ELLIS
Su sonrisa es la más famosa de Holanda. Máxima es allí la mujer más popular. Y eso se debe en buena medida a esa frescura natural que no lleva en sus genes ningún otro integrante de la realeza europea. Su ecuación es casi perfecta: frescura, jamás vulgaridad; glamour, nunca frivolidad; gracia, jamás torpeza; desenvoltura, nunca insolencia. En definitiva: Máxima encontró la fórmula para explotar su espontaneidad justo hasta ese límite donde el protocolo lo permite. (Más:
Por Gonzalo Álvarez Guerrero y Soledad Ferrari */ Especial para El Espectador
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